El viaje a Italia transcurrió con tranquilidad. Sus hombres al parecer entendieron su humor y no se interpusieron en su camino para hablar de ninguna otra cosa.
Jun tuvo la necesidad de darse un baño, y se cambió a las ropas que habían comprado en el camino. Se durmió en el avión por todo el trayecto, acurrucado en su asiento—el Alfa lo miró de forma peculiar, y recorrió su figura con intensos ojos.
Concluyó que la diferencia que veía en el Omega era básicamente su cabello, el cual ahora estaba atado en una cola—dos mechones enmarcaban su rostro y debió admitir que el estilo le iba bien. También parecía haber aumentado un poco de peso, pero todavía se veía tonificado.
Alguien aclaró su garganta a su lado, sacándolo de su análisis. "¿Qué pasa?" Gruñó, irritado.
"Estaremos aterrizando pronto, señor." Expresó un Beta, nervioso, y ojeó al Omega. Sabía que se había vuelto la curiosidad de los miembros de Cosa Nostra, pero no le gusto cómo lo miraba.
Brendan lo avistó con ojos afilados y le hizo una seña para que se retirara, y el hombre así lo hizo.
Se acercó al rubio y sacudió sus hombros—quien emitió un quejido y sus ojos se agitaron, pero no se despertó. El Alfa luchó contra la extraña sonrisa que quería asomarse a sus labios, debido a lo adorable que se veía.
"Hey," Dijo en una suave voz y lo movió de nuevo. "Despierta."
Los abrió lentamente, y en la misma posición se quedó viéndolo con glaseados ojos, era obvio que aún estaba adormilado. Lo haló por el cuello de su camisa, y lo besó con brevedad, posteriormente sonrió con ternura. Brendan no le dio tiempo a que reaccionara y se adueñó de sus labios con necesidad, devolviéndole el beso—un gesto que había sido lindo inicialmente, se convirtió en uno lleno de lujuria en instantes.
"Nng,"
El Omega se aferró a él, colocando sus brazos alrededor de su cuello y dejó que el hombre lo acariciara con pasión. Sus lenguas se enlazaron y succionaron, rozando cada rincón en su interior.
Emitió gemidos de urgencia a medida que el contacto se agravaba, y abrió sus piernas, dejando que el Alfa se situara en medio de ellas y empezó a moverse creando fricción. Trató de desabrochar su pantalón, pero el Alfa lo detuvo, haciendo que emitiera un quejido en protesta.
"Por favor," Lo escuchó decir con una voz ronca, completamente lucido esta vez. "Necesito—"
"¿Qué?" Lo miró con fervientes ojos.
"Solo... mételo. Te necesito dentro de mí ahora," Gimoteó y lo besó nuevamente.
Brendan lo cargó, y se movieron a un espacio más cómodo. Lo lanzó a una de las camas y continuaron su sesión.
No se había dado cuenta en qué momento ambos se habían conectado, pero el Alfa ya se encontraba dentro de él penetrándolo con ansia y fervor—estaban actuando por instinto y no había cabida a la razón. Su enojo se evaporó en ese momento donde lo único importante era disfrutar de su sensual cuerpo.
"Ah," Sus ojos estaban lagrimosos y entrecerrados a medida que recibía sus estocadas. "Más..." Exigió, y acompañó las embestidas del Alfa con movimientos lascivos y ansiosos.
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Laureles y Peonías
RomansaDespués de prácticamente ser ignorado por su familia por ser Beta, Junne se muda a otra ciudad para comenzar una nueva vida lejos de ellos. Pero al tratar de vivir tranquilamente, llama la atención de un Alfa dominante que está más que dispuesto en...