Brendan estaba convencido de que su actitud se debía a que no respondía sus llamadas—, ya que debían hablar del proyecto, el cual era muy importante y la mayor prioridad, y porque había llegado tarde al trabajo. Se sentó en su escritorio y esperó a que entrara, quien lo hizo unos largos minutos después. Estaba furioso.
Jun cerró la puerta detrás de él, titubeando un poco al acercarse, y al ver su expresión.
"¿Sucedió algo mientras no estaba?" Preguntó suavemente.
El Alfa solo lo miró, por alguna razón se veía muy tentador de esa forma. Su camisa estaba pegada a su torso dando a denotar lo que había debajo, sus pestañas aún tenían gotas de lluvia en ellas las cuales brillaban al hacer contacto con las luces del techo.
"¿Por qué apagaste tu celular?"
"No lo hice, se descargó. Olvidé cargar la batería esta mañana."
"... ¿Anduviste así por todo el edificio?"
"¿Así cómo?" Respondió confundido.
"Puedo ver tus pezones desde aquí, Junne." Respondió en aquel tono frío e impasible.
"Oh." Fue lo único que dijo y se cubrió, un tanto avergonzado.
Brendan pudo ver cómo el rubor se esparcía por su rostro hasta llegar a su cuello y giró los ojos un tanto irritado. Eran incontables las veces que lo había visto desnudo, así que no entendía su timidez.
"Um—me disculpo. Llamaré a alguien para un cambio de ropa."
"No hay necesidad de hacerlo." Dijo y sacó su celular, marcando un número.
Samuel contestó la llamada y recibió las órdenes de su jefe de pasar por una tienda y comprarle un traje nuevo. Le dio las medidas y luego colgó el teléfono sin esperar una confirmación.
"¿Cómo sabes mi talla?"
"..." El Alfa lo miró con el ceño fruncido, como si su pregunta fuera tonta.
"En fin... no había necesidad de hacer eso. No quiero imponerme demasiado." Agregó.
"Mientras el contrato esté vigente... puedo hacer lo que quiera. ¿Recuerdas?"
No respondió por unos largos segundos, como si estuviera digiriendo aquellas palabras, y Brendan pudo ver su expresión caer. No le gustó para nada... pero ignoró el sentimiento.
"Cierto, por un momento lo había olvidado." Sonrió, pero el gesto no llegó a sus ojos.
Su cuerpo se estremeció—probablemente por el frío, y el hombre se movió a una esquina de su oficina, tomó una chaqueta que siempre dejaba allí, se acercó a él y la colocó alrededor de sus hombros.
El gesto fue tan natural, que incluso él se había sorprendido. Su cuerpo se movió por si solo y era algo que sucedía con frecuencia cuando estaba alrededor de él.
Jun enterró su rostro dentro de la inmensa chaqueta y cerró los ojos por un momento, inhalando el aroma suavemente.
Se veía adorable.
Consideró. Aclaró su garganta y extendió su mano hacia el sofá.
"Siéntate." Le dijo, y se sentó a su lado con las piernas cruzadas elegantemente.
Tomó su iPad, la cual estaba en la mesa de enfrente y empezó a revisarla con empeño. El Alfa podía sentir su intensa mirada en su costado.
"Brendan, tengo que regresar a mi oficina." Dijo nervioso, tratando de llamar su atención.
ESTÁS LEYENDO
Laureles y Peonías
RomanceDespués de prácticamente ser ignorado por su familia por ser Beta, Junne se muda a otra ciudad para comenzar una nueva vida lejos de ellos. Pero al tratar de vivir tranquilamente, llama la atención de un Alfa dominante que está más que dispuesto en...