El humor de Brendan era agrio, luego de darse cuenta que la información proporcionada por Dante era de hace dos meses. Justo como sospechó desde un principio—se lo había ocultado.
Solo recordar su burla luego del Alfa reclamarse hacía que su sangre hirviera de enojo. Como si fuera una competencia, interceptó el dato y dejó que diera vueltas en círculos en su búsqueda—solo para decir que lo encontró primero. Los Alfas eran muy competitivos, por lo que entendía su comportamiento hasta cierto punto, pero en este caso—estaba furioso con su impertinencia. Además, algo le decía que lo había hecho para cobrarse el tiempo que Noah duró siendo su secretario, y lejos de él.
Dejó su inconformidad de lado, y observó el lugar mientras esperaba a quien parecía ser el dueño, a que terminara de asistir un cliente.
La tienda era pequeña y polvorienta, pero ciertamente era la misma que Jun observaba en aquella fotografía que le habían enviado.
Tomó una de las revistas en un estante, donde hablaban de una exhibición de artes que había sido exitosa. Sabía de ellas, ya que asistió a algunas como forma de distracción, y allí se encontró con unas pinturas que lo dejaron cautivado—así que trató de monopolizarlas—no obstante solo pudo obtener cuatro de las cinco en venta.
Por alguna razón las ilustraciones le daban un sentido de familiaridad que no lograba entender—le recordaban a su infancia.
Escuchó la campana sonar, sacándolo de sus pensamientos, y pudo ver que finalmente se encontraban solos. El señor de avanzada edad lo miró con ojos alertas. Sabía que era raro que un Alfa dominante anduviera por aquellos lugares, y más aún uno con su porte.
"No creo que usted sea pintor." Dijo el hombre en un tono cómico, y debió admitir que le gustó su coraje.
Sin embargo, la irritación acumulada después de tantos meses no lo dejaba mostrar algún gesto amigable. Su rostro era impasible y aterrador.
"... estoy buscando a alguien." Dijo sin rodeos y vio cómo los ojos del hombre se agrandaron por un momento. "Es un Omega."
Sacó un retrato de su chaqueta donde se veía con claridad su rostro. Eran de la compañía y de hace unos años, ya que no tenía una sola fotografía personal de Jun a su disposición, y tampoco usaba redes sociales con frecuencia.
"¿Lo reconoces?" Preguntó, mostrándosela.
El hombre ojeó a sus hombres fuera del establecimiento con inquietud, y negó con la cabeza. Prosiguió a ordenar algunos artículos en el mostrador, tratando de verse casual—sin embargo, sus nervios lo delataban. "Nunca lo he visto." Expresó, evadiendo su mirada. "Lamento no poder ayudarle, señor."
El Alfa se rio al escucharlo, y por primera vez en meses, sintió satisfacción al saber que estaba tan cerca de encontrarlo.
"¿Seguro?"
"Sí." Respondió agitado.
"... ¿Cuánto tiempo lleva esta tienda aquí?" Inquirió indiferentemente, mirando el lugar con interés.
"Señor, por favor."
Brendan lo contempló con ojos intimidantes, y el señor espiró nerviosamente, atemorizado.
"Más de... más de cuarenta años."
"Hm," El Alfa sonrió, pero el gesto no llegó a sus ojos. Sacó su celular y al paso de unos breves segundos volvió a mirar al hombre con firmeza."Este edificio y los demás de esta cuadra son de mi propiedad. Sería una lástima que esta tienda ya no estuviera,"
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Laureles y Peonías
RomanceDespués de prácticamente ser ignorado por su familia por ser Beta, Junne se muda a otra ciudad para comenzar una nueva vida lejos de ellos. Pero al tratar de vivir tranquilamente, llama la atención de un Alfa dominante que está más que dispuesto en...