La mañana del lunes, y debido a que no tenía mucho tiempo de sobra antes del viaje, Jun contactó a Mikhail para que pudieran verse y conversar luego de que regresara en una semana. También había agendado una cita con su doctor en dos semanas para ver cómo su cuerpo había mejorado. Trató de manejar temas importantes lo más pronto posible.
El mismo día, solicitó un permiso en el trabajo para viajar y pudo notar las miradas poco amistosas que recibía, y los murmullos de algunos. Todos sabían que acompañaría a Brendan en uno de sus viajes al exterior y al parecer lo detestaban. Lo cual no entendía, ya que todos sabían que era su secretario temporal, por lo que debería ser normal acompañarlo.
Los rumores de que seducía a un Alfa volvieron a resurgir en el trabajo y estaba aliviado de que al menos no estaría allí para escucharlos.
El martes en la noche, Jun se encontraba haciendo sus maletas. Su habitación estaba organizada como de costumbre, pero por alguna razón había prendas que no podía encontrar—tales como ropa interior, corbatas e incluso camisetas. Estaba seguro de que no las había dejado en casa de Brendan, pero podía estar equivocado.
El edificio tenía una persona que se encargaba de la limpieza, pero nunca ha permitido que entren a su apartamento y estaba seguro de que nadie tenía acceso. Decidió simplemente preguntarle al administrador cuando llegara del viaje—y continuó empacando.
Al paso de casi una hora pudo terminar de recoger lo que necesitaba y organizar su habitación. Estaba nervioso y terminó por llevar sus mejores atuendos, ya que no quería dar una mala impresión ante la familia de Brendan.
El timbre de su apartamento sonó varias veces. Pensó que probablemente era Samuel—quién había estado allí horas anteriores, puesto que Brendan lo había enviado con la excusa de que el vuelo salía muy temprano y era mejor si se quedaba esa noche en su casa.
"Espérame en la sala." Dijo al abrir la puerta sin mirar quien era y le dio la espalda para ir a buscar sus maletas.
"Buenas noches,"
Jun frenó al escuchar la voz de un hombre que no conocía y se volteó abruptamente. El hombre lo miró entusiasmado con una extraña sonrisa en sus labios.
"Disculpa la hora. Estoy buscando a un chico llamado Diego. Me dijeron que este era su número de apartamento, pero ahora no estoy seguro." Explicó sonriendo. "¿Lo conoces?"
"...no lo conozco. ¿Intentaste llamar a su celular?" Preguntó suavemente tratando de no sonar muy sarcástico—manteniendo cierta distancia. Fue un error el no verificar quien era antes de abrir, pero ya no había marcha atrás.
No quería acercarse al hombre—quizás ser Omega también lo había vuelto cobarde. Sin embargo, había algo que no le cuadraba y su instinto le decía que se mantuviera alejado.
Era difícil que estuviera en casa por mucho tiempo últimamente y aún más si era tarde en la noche. Por lo que pensó que tal vez algún Diego se había mudado al edificio.
El hombre sonrió. "Sí, debería hacer eso. Es decir, llamarlo..."
Pero no movió un músculo. Simplemente, continuó observando a Jun con insistencia.
"Pero desafortunadamente no tengo su número."
"Ya veo. Entonces, si eso es todo," Jun se llenó de valor y se acercó para así cerrar la puerta. "Le deseo buenas noches."
"¡Espera!" Dijo el hombre sonando desesperado pero sin alzar el tono de su voz, y luego agarró la puerta con fuerza para evitar que Jun la cerrara. "¿No recuerdas? Yo soy—"
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Laureles y Peonías
RomanceDespués de prácticamente ser ignorado por su familia por ser Beta, Junne se muda a otra ciudad para comenzar una nueva vida lejos de ellos. Pero al tratar de vivir tranquilamente, llama la atención de un Alfa dominante que está más que dispuesto en...