Llegó seguro después de varios minutos a casa, y decidió llamar a Quinn para que le diera más detalles de lo que había sucedido.
Al principio el Alfa trató de mantenerlo en secreto por unos días para no alarmarlo y manejar la situación—al ver que su plan original no había funcionado, le advirtió que no saliera de su apartamento hasta nuevo aviso. Se encargarían de lo que necesitara, por lo que no tendría que ir al pueblo por un tiempo. Al parecer fue falta de comunicación, el hecho de que uno de los Alfas no le haya informado que no debía salir de casa.
Ese mismo día recibió la noticia de que Brendan había amenazado a Kayden y Alessio, y esto le cayó como un balde de agua fría. Nunca esperó que el Alfa se comportara de tal manera y le irritó bastante.
Sus sospechas de que podría saber acerca de su embarazo se volvían cada vez más insistentes con el paso del tiempo, no sabía que otra opción lógica habría para justificar su perseverancia. ¿O tal vez los documentos que se filtraron fueron muy dañinos para su compañía, y a esto se debía su agresiva reacción? Eso suponía.
Al transcurrir unas semanas y después de la atmósfera aquietarse, Quinn visitó su apartamento.
"¿Desde cuándo conoces a Brendan Russeau?" Preguntó el Alfa casualmente, mientras ojeaba un informe. En ese momento se encontraban en su sala—recibiendo una sesión feromonal, lo cual se había vuelto rutina.
Jun aclaró su garganta, un tanto nervioso. "Yo... Fui su empleado por un tiempo."
"Ya veo,"
"¿Estás molesta?" Expresó con timidez.
"¿De que hayas ocultado que te perseguía uno de los Alfas más poderosos de este hemisferio?" Preguntó de forma cómica, y con un toque de sarcasmo. "Para nada."
Jun se veía apenado. "Lo siento, es solo que... pensamos que sería más seguro si no decíamos nada."
"No me malinterpretes, hay muchos Omegas aquí que no hablan de su pasado. No estoy molesta contigo, solo me siento frustrada." Sonrió incómodamente. "... Debido a la facilidad que tuvieron de entrar a la fuerza y hacer lo que quisieron. Me tomó por sorpresa."
"¿Está todo bien en el refugio? ¿Cómo están los demás?" Preguntó alarmado.
"Se asustaron, pero estarán bien. Honestamente, para ser mafiosos fueron un poco considerados." Se rio sin humor. "Había un Alfa dirigiendo todo... un tal Kevin."
Su corazón latió desenfrenadamente al escuchar el nombre y la miró sorprendido. No se imaginaba que Kevin haya estado tan cerca de encontrarlo.
"Parece que lo conoces." Agregó.
"Sí."
"Entiendo, " Miró hacia un lado, viéndose pensativa. "Entonces, ¿ninguno sabe de tu embarazo?"
"No." Respondió con serenidad. "Lo mantuve en secreto, muy pocos lo saben."
"Ya veo, eso es bueno." Asintió. "... Aun así, entiendo su agresividad al tratar de encontrarte." Murmuró para sí mismo, observándolo con peculiares ojos.
Jun lo miró confundido al no entender su comentario, pero el Alfa solo sonrió.
Los días prosiguieron con la misma rutina. Se sentía un tanto frustrado al continuar experimentado lujuriosos sueños, e intensos deseos provocados por el embarazo. Los cuales trató de ignorar, ya que al parecer era normal que aumentara su libido.
Quinn lo visitaba una o dos veces por semana y completaba su trabajo junto a él, mientras Jun pintaba—para que así recibiera su parte de aquellas intensas feromonas.
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Laureles y Peonías
RomanceDespués de prácticamente ser ignorado por su familia por ser Beta, Junne se muda a otra ciudad para comenzar una nueva vida lejos de ellos. Pero al tratar de vivir tranquilamente, llama la atención de un Alfa dominante que está más que dispuesto en...