Capítulo 63: El Taller

3.1K 341 19
                                    

Jun se despertó increíblemente saciado, se acurrucó contra las sábanas que contenían un olor que ya reconocía y lo calmaba, Se quedó allí por un momento absorbiendo el aroma y suspiró.

Recordó la noche anterior y lo apasionados que fueron él y Brendan.

'¡Ah—Brendan!'

'Justo ahí... más rápido. Hmm, es tan bueno. Ahh—"

"Por favor, no pares." Sollozó. "Por favor..."

'Eres tan—,' Comentó Brendan, mientras lo observaba intensamente debajo de él, completamente desnivelado. 'Hermoso.' Agregó y acarició su mejilla pero la recogió inmediatamente al darse cuenta de lo que estaba haciendo.

Jun soltó un quejido cuando le llegaron imágenes de cómo se había comportado y lo mucho que rogó por los toques del Alfa.

Luego abrió los ojos y observó sus alrededores. Estaba en la habitación de Brendan, pero el Alfa no estaba en el lugar.

Se sentó lentamente en la cama, estrujando sus ojos, y acostumbrándose a la claridad. No podían ser más de las ocho de la mañana—o eso esperaba.

Salió de allí y se sintió bien porque su cuerpo no se quejó como acostumbraba hacerlo. Esos últimos días habían sido extrañamente libres de dolores musculares luego de estar con el Alfa. Lo más probable era que ya se estaba acostumbrando al trato de Brendan. Usualmente, era muy intenso en la cama—se sonrojó.

Entró al baño y se aseó cuidadosamente sacando aquel líquido viscoso de su interior. Recordó que también habían tenido sexo en el club, hubo algo la noche anterior que ardía entre ellos y fue como si su mente se nublara y siguiera absolutamente todo lo que el Alfa le decía sin dudas o titubeos. Recordó como sus cuerpos se movían, lo ardiente que fue la situación y como reaccionaba.

Joder. Estoy perdido... totalmente perdido.

Se colocó debajo de la ducha y dejó que el agua se llevara consigo el rastro que Brendan había dejado en su piel. No podía oler nada, pero sabía que la familia del Alfa percibiría las feromonas que Brendan había dejado en él, al minuto de entrar en su proximidad y eso sería muy vergonzoso.

Después de cambiarse a una ropa más sencilla, la cual estaba colocada en un sillón—ya que al parecer el trato de las sirvientas era el mismo sin importar a donde fuera, era justo como Lera lo hacía en casa de Brendan. Esperaba que al menos fuera alguien de confianza del Alfa y no comentara si vio algo.

Salió de la habitación vistiendo los holgados pantalones, una playera color crema y sandalias, se sentía muy cómodo. Se dirigió al desayunador y los exquisitos olores de la comida hicieron que su estómago rugiera.

Ambrose ya estaba allí, hablando con uno de los sirvientes acerca de la cena, al parecer llegarían unos invitados aprovechando que la familia estaba en Italia. Jun se sentó al lado de Noah, quien leía un libro mientras comía una tostada.

"Buenos días," Saludó y sonrió cuando Noah levantó su cabeza.

"Al parecer te levantaste animado esta mañana. ¿Huh?" Preguntó Noah con picardía y una pizca de algo más que Jun no pudo descifrar.

"Jaja." Jun no respondió y tomó uno de los croissants, le untó mermelada, y le dio una mordida. "Dios mío—está delicioso."

Laureles y PeoníasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora