Capítulo 108: Antojos

3.8K 416 123
                                    

Jun despertó la mañana siguiente, sintiéndose sumamente a gusto. La calidez que le dio la bienvenida al abrir los ojos, hizo que emitiera un suave suspiro—sintiéndose encantado.

Sin embargo, su humor cambió a uno de alarma una vez notó la mano que cubría su protuberante estómago. No sabía en qué momento habían pasado a la íntima posición, pero se encontraba prácticamente debajo del fornido cuerpo de Brendan, totalmente acurrucado. Lo divisó de reojo y pudo ver que aún dormía.

El Alfa lo abrazó con fuerza al sentirlo tratar de alejarse, y Jun sudó nerviosamente. La fuerza de sus brazos era imposible de liberar y se rindió. Optó por mover su mano delicadamente y se detuvo al sentirlo inclinarse.

"... ¿Qué estás haciendo?" Preguntó el hombre con humor.

"No quería despertarte." Dijo la primera excusa que llegó a su mente, la cual era parcialmente cierta.

"¿Dormiste bien?"

Frunció levemente el ceño ante la pregunta, aún no entendía por qué se comportaba tan familiar. Era como si los meses que habían pasado alejados fueran solo una mentira.

Se volvió a mirarlo y aquellos ojos dorados lo atraparon enseguida.

"... Sí." Respondió embobado luego de estremecerse, sucumbiendo ante sus deliciosas feromonas.

El Alfa sonrió al notar su reacción, y Jun aclaró su garganta.

"¿Podrías dejarme salir?"

El hombre se estiró en la cama, abriéndole el paso. Jun se apresuró a alejarse, y sentó en el borde—su corazón latía descontroladamente.

Su pánico se intensificó al pensar que no había forma de que no notara la diferencia en su figura cuando estuvieron tan cerca, su esperanza era que quizás habían terminado de tal forma mientras dormían.

"¿Todo bien?" Preguntó el Alfa a sus espaldas, sacándolo de su abatimiento.

Ah, cierto.

Aún le costaba acostumbrarse a que los Alfas podían notar su estado de animo por medio de sus feromonas. Lo miró nuevamente, y se encontró con sus usuales intensos ojos. No entendía si solo jugaba con él o si era su paranoia, debido a su miedo de ser descubierto.

"Estoy bien, es solo que... no me acostumbro a esto."

Brendan se rio sarcásticamente. "¿A dormir conmigo?"

"No... a esta normalidad que intentas establecer. No entiendo qué estamos haciendo," Explicó exasperado, luchando contra el extraño sentimiento que le exigía someterse ante el Alfa. "Me traes aquí sin ningún motivo aparente. Me exiges quedarme a tu lado usando como pretexto el contrato... pero, ¿y luego qué?"

El Alfa lo miró con ojos impasibles y momentos después, salió de la cama. "Iré a darme una ducha." Compartió, ignorando sus quejas.

"Espera—"

Pero el Alfa continuó su camino, ignorándolo.

"Esto es absurdo." Exclamó, incrédulo. "No puedes hacerme esto, tú y yo no somos nada. ¿Qué te da el derecho de mantenerme aquí—?"

Laureles y PeoníasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora