Capítulo 16: Solo es sexo

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Jun se acercó nervioso, pero Brendan no le quitó los ojos de encima ni por un instante. Notando la intensidad en su mirada y lo que quería, se inclinó colocando sus rodillas en el suelo, posicionado su cuerpo en medio de sus piernas. 

El Alfa lo miraba con una expresión de satisfacción en su rostro, acercó una de sus manos y retiró un mechón de cabello de su frente y lo colocó detrás de su oreja.

Sus ojos se revolotearon al sentir sus largos y elegantes dedos tocar su cara. Recorrió su cuello con la yema de sus dedos y aflojó un poco su corbata. Revisando su cuello en busca de las marcas que había dejado semanas anteriores.

"... Ya no están." Expresó el hombre, y juró que por un momento sonó decepcionado.

Brendan alejó su mano y se acomodó en su silla. Jun no entendía el porqué de su posición tan vergonzosa y trató de ponerse de pie.

"No te he dicho que te muevas."

"Pero—"

"Desabrocha mi cinturón."

Jun lo miró para saber si cambiaría de opinión, no obstante su expresión estoica no se relajó en lo absoluto. Acercó sus manos a su cinturón un tanto nervioso y logró desabrocharlo después de unos breves segundos.

El Alfa ya estaba medio erecto y tenía un gran bulto entre sus bóxers. No podía creer que algo tan grande ya había entrado en él.

Sonrió. "No te preocupes, no la meteré hoy." Dijo presionando su labio inferior con su pulgar. "...Al menos no en ese agujero."

Avergonzado, desvío su mirada a la pared más cercana, no quería mirarlo a los ojos y que así notara lo excitado que estaba.

"Chúpalo." Le ordenó.

Jun sacó su miembro en respuesta y se quedó mirándolo momentáneamente. Era grande, enrojecido y venoso, y por alguna razón tenía muchas ganas de saborearlo. Lo tocó con su pulgar tímidamente y luego lo recorrió desde la base hasta la punta con su dedo.

Está caliente.

Presionó un poco la punta y se lamió los labios inconscientemente, sin desviar su ferviente mirada, su cuerpo se estremecía con evidente anticipación.

Brendan se movió un poco al sentir el contacto, y sin esperar la siguiente instrucción, Jun se acercó, y le dio un breve y suave beso.

"¿Tan desesperado estás?" Expresó en un tono de burla.

Lo miró con sus ojos glaseados, el deseo claro en su mirada. No respondió porque honestamente no sabía qué sucedía con él. Sentía una inquietud y necesidad de complacer al Alfa cada vez que estaba cerca—no sabía cómo controlar el impulso.

"Esta vez no podrás culpar la droga." Lo agarró con fuerza de su cabello.

Agarró su miembro y lo empujó hacia su interior con un poco de fuerza, y este solo gimió complacido. Sin quejarse, amplió su boca para que pudiera ir más profundo sin dificultades.

Sentía un hormigueo y una urgencia mientras lo sentía entrar en su boca lentamente. Gagueó y sus ojos se llenaron de lágrimas al tocar su garganta. Pero cuando rozó su paladar sentía un placer indescriptible y empezó a ponerse duro instantáneamente.

"Hm...uhn."

Jun movió su cabeza de arriba abajo sin parar, gimiendo suavemente cada vez que continuaba los movimientos, tratando de no rozarlo con sus dientes y hacerlo lo mejor que podía. Pero la verdad era que el placer lo estaba consumiendo y se le estaba complicando seguir el ritmo.

Laureles y PeoníasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora