Jun sintió a Brendan tensarse y sus movimientos cesaron un poco pero su erección se mantuvo. Le llegó la sobriedad en unos segundos al pensar que quizás se había sobrepasado. Nunca lo había besado y, luego concluyó que quizás era una barrera que el Alfa no quería cruzar.
"Lo siento, yo—"
Sin embargo, Brendan lo sostuvo firmemente y lo agarró de su cuello, adueñándose de sus labios posesivamente. Entró su lengua en su boca, jugando así con la del Beta y chupándola como si su saliva fuera un sabroso néctar. Mordió su labio inferior y se alejó un poco para mirarlo a los ojos.
"Eres..." dijo y miró sus labios con lujuria. "Me intrigas, Junne Castillo."
"¿Es eso algo bueno?" Preguntó Jun, sonriendo sensualmente. "¿O debería asustarme porque el poderoso Brendan Russeau muestra interés en un Beta?"
Brendan sonrió.
Jun lo miró mesmerizado, ya que era la primera vez que lo veía sonreír de esa manera. Era una expresión genuina y un poco cálida.
"¿Tu madre nunca te enseñó que no es bueno jugar con fuego?" Preguntó en un tono juguetón.
Estaba agradecido de que se había dispersado su enojo y amaba lo casual que se había tornado la conversación. Jun se sentía como su yo del pasado—un chico pícaro y atrevido, y no pudo evitar sonreír ampliamente.
"Si, y aún así me arriesgaría a quemarme."
Brendan se aferró a sus labios besándolo agresivamente, los besos no eran tiernos pero no le restaba a lo increíblemente bien que se sentía. Su corazón latía con pura adrenalina, amaba sentir sus labios junto con los suyos y al mismo tiempo sabía lo peligroso que sería.
Sintió algo dentro de él revolotearse, extendió uno de sus brazos para abrazar a Brendan y así profundizar el beso. El Alfa retomó los movimientos de sus caderas, embistiendo con fuerza y abriendo aún más su paso en su interior. La posición se volvía un poco incómoda y Jun pensó que prefería estar en una suave cama.
Brendan dio una última y fuerte estocada y se vino dentro de él, seguido por Jun por tercera vez esa noche. Soltando así un gemido contra los labios de Brendan, y este lamió los lamió como si fueran un delicioso dulce.
"Vayamos a la habitación." Dijo el Alfa.
Sin esperar por su respuesta, Brendan lo cargó y caminó con él en sus brazos. Lo lanzó en la cama y luego agarró sus piernas—atrayéndolo hacia él. Colocó su erecto miembro nuevamente en su agujero y empezó a entrar.
"Ah, espera... necesito descansar un momento." protestó Jun, aún mareado mientras trataba inútilmente de detenerlo, empujándo sus hombros.
Brendan agarró sus manos y las colocó encima de su cabeza, para luego acercarse a su rostro.
"Te advertí que no era bueno jugar conmigo."
El Alfa comenzó a moverse con agresividad y Jun sollozó sin parar, el placer era demasiado y pensó que en cualquier momento se desmayaría.
Brendan continuó dándole mordiscos a su cuello en diferentes lugares, se movió a su clavícula y luego a su pecho. Lamió uno de sus bonitos y rosados pezones, y lo mordió haciendo que Jun se sorprendiera—una onda eléctrica recorrió su cuerpo haciendo que se le erizara la piel.
El Alfa continuó saboreándolos suavemente, moviéndose de uno al otro cuando parecían extrañar su toque. Jun solo gritaba en deleite ya que la sensación de dolor y placer lo volvía loco.
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Laureles y Peonías
RomanceDespués de prácticamente ser ignorado por su familia por ser Beta, Junne se muda a otra ciudad para comenzar una nueva vida lejos de ellos. Pero al tratar de vivir tranquilamente, llama la atención de un Alfa dominante que está más que dispuesto en...