Al llegar a uno de los primeros parajes organizados por su equipo, se detuvo y salió para ver qué sucedía. Había un Alfa conversando con sus hombres, viéndose nervioso ante el gran grupo fornido e intimidante de la Cosa Nostra. Era claro que eran peligrosos.
"¿Quién es este?" Preguntó en un tono gélido, haciendo que el hombre se alarmara.
"Es solo un transeúnte. Vio algo sospechoso al tomar un atajo."
"¿Y eso qué sería?" Indagó.
El hombre aclaró su garganta. "Había dos personas en uno de los caminos en esta área. Es un atajo que solo quienes han vivido en el área conocen, es una buena forma de evitar el tránsito..."
Al parecer entendió lo irrelevantes que se volvieron sus palabras, ya que se detuvo. Miró a sus hombres y luego a Brendan, y continuó.
"Era un Alfa junto a un Omega—"
"Descríbelo."
"¿Qué?"
"El Omega."
El Alfa tragó en seco y movió sus manos con ansiedad.
"Era rubio, y de ojos azules... Muy atractivo." Agregó esto último como si fuera necesario.
Brendan caminó a su auto al escucharlo. "Envíame las coordenadas."
"Sí, señor. Kevin esta de camino también, esta bastante cerca del área."
Avanzó en su carro y una manada de sus hombres lo seguían detrás. Era increíble el esfuerzo que hacía por el Omega y por más que tratara de negarlo, sabía que había una razón obvia para ello. Sentía que el Omega se escurría de sus manos y esto lo tenía ansioso.
No tenía un buen presentimiento.
La inquietud en su pecho era algo que nunca había experimentado y odió el sentimiento. Era sofocante.
"Kevin los encontró, señor."
Exclamó Samuel a su lado, su rostro serio y enfocado. El Alfa tenía un arma en sus manos, preparado para cualquier altercado.
Llegaron al lugar, y en la distancia pudo ver a Kevin frente a un auto—apuntando con su pistola.
Aceleró el vehículo y se detuvo a una distancia considerable, sus hombres por igual. Sus feromonas se esparcieron de inmediato para contrarrestar las nefastas de ese tal Nikolay.
El Alfa era enorme y sus ojos mostraban lo extraviada que estaba su mente. Claramente, se trataba de un Alfa desenfrenado, uno que sucumbió a sus instintos. Era lo que le pasaba a un Alfa dominante cuando no podía controlar sus potentes feromonas.
Este es el mismo Alfa que entró al apartamento de Jun aquella vez.
Era bastante evidente.
Nikolay apuntaba ahora en su dirección con su revolver, y a su lado se encontraba Jun—quien al ver a Brendan trató de acercarse, pero el Alfa lo movió a su frente en un firme agarre. Debido a la expresión en su rostro, era evidente que lo lastimaba.
"Será mejor que lo dejes ir, hijo de puta." Enunció en forma amenazante y Nikolay se rio con desprecio.
Miró a su Omega con intensidad por unos largos segundos—perdido en sus afligidos pero hermosos ojos azules.
Nikolay le dio un jalón para removerlo de su vista, y lo volteó, colocándolo en una posición asfixiante contra su pecho.
Jun forcejeó, no obstante fue en vano—no tenía oportunidad contra el Alfa. Brendan titubeó un momento al ver el arma en sus manos mientras la agitaba cerca de Jun. La posición en la que se encontraban le haría prácticamente imposible a alguno de sus hombres dispararle sin herir al Omega.
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Laureles y Peonías
RomanceDespués de prácticamente ser ignorado por su familia por ser Beta, Junne se muda a otra ciudad para comenzar una nueva vida lejos de ellos. Pero al tratar de vivir tranquilamente, llama la atención de un Alfa dominante que está más que dispuesto en...