Capítulo 147: Buenas Noticias

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Brendan llegó a tardes horas de la noche ese día y los siguientes, por lo que Jun no pudo tocar el tema adecuadamente.

Las semanas pasaron tranquilamente y no había vuelto a ser contactado por Donatella, así que descartó la importancia de la conversación al ver lo ocupado que estaba su Alfa.

Jun suspiró con cansancio, los bebés se habían dormido hace apenas unos minutos—luego de básicamente agotar toda su energía. Jun sonrió al pensar en ver nuevamente la expresión en el rostro de Brendan una vez despertaran en la madrugada en unas horas.

Usualmente los gritos de los pequeños se podían escuchar en toda la mansión, pero nadie se quejaba—incluso Brendan. A pesar de su obvia incomodidad, el Alfa nunca dejó que Jun se levantara a atenderlos por sí solo y ambos trataron de aquietarlos como un equipo—como una pareja normal.

Era cierto que tenían todos los recursos para que alguien más se encargara de cuidar a los bebés—a tiempo completo, pero Jun quería estar para sus pequeños en todo momento y era un tanto celoso de su atención.

En ese momento el Alfa no se encontraba en casa, pero no podía esperar a que regresara y la familia estuviera completa nuevamente. Algunos días le costaba acostumbrarse a su nueva vida e incluso le daba un poco de ansiedad la posibilidad de fallar como papá de esos bellos gemelos—o de fallar como Omega, pero la felicidad que sentía luego opacaba por un tiempo las dudas. Sin embargo, no era fácil mantenerse alejado de esos pensamientos. Las primeras semanas luego de su embarazo fueron las peores debido a todos los rumores.

Los tabloides no paraban de hablar del Alfa además de su vida privada, y todo empeoró, una vez un rumor se esparció asegurando que Brendan tenía un amante mientras su Omega que acababa de dar a luz, se encontraba en casa cuidando de sus hijos.

Escuchar el rumor le cayó como un balde de agua fría, dentro de su pánico pensó que la familia que había estado a punto de obtener sería destruida. Sin embargo, se calmó al ver lo drástico que era su pensar. Entendió que probablemente era una mentira fabricada para hacerles daño, pero aun así, pasó por un mal momento. Brendan por igual, ya que tuvo que dormir fuera de su habitación por dos largas semanas.

Durante todo el problema, el Alfa nunca se alteró o reclamó, lo cual lo tenía un tanto preocupado.

Todo estaba incómodamente tranquilo en el condominio, hasta que un día llegó mostrando cierta picardía, y Jun llegó a entender que Brendan solo mostraba este comportamiento cuando algo había salido bien—o a su beneficio. El Omega ya conocía esa expresión bastante bien.

'... Ya no van a decir una idiotez como esa de nuevo.'

Dijo ese día con una firme voz, delante de sus padres y abuelo, fue así como se enteró de que Brendan usó su influencia y contactó al dueño de la revista que esparció el escándalo, y así logró despedir a todos los que estuvieron involucrados en el rumor.

Se sintió aliviado, y no solo porque pudo confirmar que la infidelidad era una mentira, si no más bien por su claro objetivo de asegurarse de convencerlo y que no hubiera un malentendido.

Sus acciones dejaban claro que los sentimientos de Jun le importaban.

El rumor de su reacción se esparció por toda la sociedad y desde entonces nadie se había atrevido a decir otra mentira. No era la primera vez que alguien sufría las consecuencias de su enojo, pero por alguna razón algunos continuaban molestando de vez en cuando.

Era debido a lo tentador que era manejar cierta información. La venta de secretos de Alfas adinerados era muy bien remunerado, por lo que esto motivaba a muchos a simplemente crear mentiras. Ignorando completamente lo peligroso que era enfrentarse a un poderoso Alfa.

Laureles y PeoníasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora