Jun estaba un tanto ansioso, iba y venía—y sus manos sudaban ante la anticipación. Con su celular en mano, se paró frente a la ventana de su habitación y miró afuera. Era una noche solitaria, donde lo único que se veía eran los altos árboles y las residencias a lo lejos, así como también la luna que iluminaba el panorama. Un movimiento capturó su atención, y vio una figura en la distancia, la cual desapareció momentos después hacia una de las calles aledañas.
Cerró las cortinas y se dirigió a su cama, sentándose en la orilla—acariciando su cuello con nerviosismo. Su mente siempre volvía al mismo tema—a la larga conversación que tuvo con Alessio.
"En cuanto a las feromonas, te volverás un tanto dependiente a ellas e incluso aún más si provienen del padre biológico... ya que son más beneficiosas. Así que trata de estar a su lado lo más que puedas," Explicó en un tono serio.
"... Entiendo." Jun se veía un tanto pensativo. "... creo que eso no será tan difícil por un tiempo. ¿A los cuantos meses se empezará a notar?"
"Es distinto en cada persona, además de que los Omegas masculinos tienen una gestación un poco diferente a la de los femeninos. Quizás empieces a mostrar en tres meses—todo depende." Dijo luego de observar detenidamente su figura. "Otra cosa, no debes tomar supresores bajo ninguna circunstancia. Los medicamentos y vitaminas que te indiqué son más adecuados para tu estado, y son estrictamente para ayudar a tu embarazo."
"Por supuesto que no usaré supresores. Nunca le haría daño al bebé." Respondió a la defensiva.
Alessio se veía apenado, pero debía ser claro como su doctor. "Me alegra escuchar eso. Lo menciono porque llegará un momento donde tus feromonas se harán notar, no tendrás un ciclo de calor por obvias razones, pero si empezarás a emitir un aroma." Aclaró. "El primer trimestre es el período de más riesgo y donde experimentarás más cambios, ya que tu cuerpo hará todo lo posible para proteger al bebé."
Evitar a Brendan ya no era algo que debía continuar haciendo a largo plazo, pero al menos por unos días pensó que estaba bien para así tener tiempo de considerar sus opciones claramente—estar al lado del Alfa distorsionaba su percepción. Jun regresó al presente, y dirigió su atención nuevamente a su teléfono—específicamente al nombre en su pantalla y suspiró.
Marcó el número luego de titubear, este sonó varias veces, y nadie contestaba. Justo cuando estuvo a punto de colgar escuchó la línea abrirse.
"Junne." Respondió Mikhail con su suave pero varonil voz, sonando un poco sorprendido
"Hey. ¿Cómo has estado?"
"Mejor ahora... Pensé que te habías olvidado de mí. Nunca confirmaste si nos veríamos." Mikhail soltó una pequeña y cálida risa.
Jun se sentía muy avergonzado al escuchar sus palabras, ya que se suponía que se verían luego del viaje a Italia—pero lo había olvidado completamente después de todo lo que había sucedido.
"Lo siento. Sucedieron muchas cosas y no tuve tiempo. Sé que es solo una excusa, pero—"
"Oye, oye—está bien. No te preocupes," Interrumpió, en un tono suave al notar su aflicción. "Supuse que quizás estabas ocupado y por eso no contestabas. Además, me alegra mucho que me hayas llamado ahora."
Jun sonrió. A pesar del corto tiempo que tenía conociendo al Alfa, la verdad era que le caía bastante bien. Sin embargo, no sabía como explicar el motivo de su llamada.
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Laureles y Peonías
RomanceDespués de prácticamente ser ignorado por su familia por ser Beta, Junne se muda a otra ciudad para comenzar una nueva vida lejos de ellos. Pero al tratar de vivir tranquilamente, llama la atención de un Alfa dominante que está más que dispuesto en...