Capítulo 1: Nada Especial

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En una noche lluviosa, un chico se encontraba en una tienda comprando algunos artículos debido a unos antojos que tuvo a mitad de la noche—decidió salir sin pensarlo dos veces y así saciar su hambre.

Se retiró del lugar después de pagar su orden y eligió irse caminando, ya que su apartamento quedaba cerca. Sosteniendo su paraguas y viendo el agua caer, observó a su alrededor y se dio cuenta de que la noche estaba un tanto solitaria.

Detrás de él empezó a escuchar unos pasos que poco a poco se acercaban, se puso un tanto nervioso y caminó más rápido, pero los pasos no cesaban. Una mano lo agarró del brazo y al exaltarse, estuvo a punto de dejar caer sus bolsas—pero no pudo evitar soltar su paraguas.

"¡...!"

"Disculpa si te asusté," El extraño lo ayudó por un momento. "Dejaste caer algo cuando saliste de la tienda y quería devolverlo." Dijo mostrándole un postre en sus manos.

"Solo pensé que debía ser muy importante, ya que saliste con este clima." Agregó apenado al ver que no respondió inmediatamente.

El hombre pudo notar que el chico era muy hermoso, las gotas de lluvia caían sobre su rostro y esos grandes ojos azules tan brillantes como gemas lo miraban un poco asustado. Quedó hechizado.

"Gracias..." Respondió el chico, y tomó el postre rápidamente. "Es que salí un tanto apurado y ya tengo que regresar."

"Está bien... pero estaba pensando," el hombre se alejó un poco de él, y sin dejar de mirarlo fijamente—le preguntó tímidamente. "¿Me podrías dar tu número?"

"Lo siento, pero no puedo."

El chico recogió su paraguas y dejó atrás al extraño. 

Después de unos minutos caminando, llegó a su edificio. Subió las escaleras que llevaban a su hogar y empezó a sacar sus llaves. Una mano agarró su muñeca y los artículos que llevaba en las bolsas cayeron al piso haciendo un fuerte estruendo. Manos fuertes giraron su cuerpo bruscamente y, el chico pensó que probablemente era la persona de hace un rato y que debió ser más cuidadoso.

"¡Suéltame!" Gritó tratando de liberarse del agarre, pero todo fue en vano. "Ya dije que no te daría mi númer—"

"Junne."

El chico tembló al escuchar esa voz pronunciar su nombre—era tan profunda que hizo que levantara su cabeza inmediatamente para asegurarse de que no era un sueño —o una pesadilla.

El dueño de esa voz llevaba puesto un traje de diseñador, y zapatos que ciertamente costarían un dineral. Estaba un poco empapado—su cabello castaño estaba húmedo y caía sobre su frente resaltando hermosos ojos dorados.

"Tú..." Exclamó mientras temblaba, mirando al Alfa directamente a los ojos. "¿Cómo me encontraste?"

El hombre sonrió, y Jun no pudo evitar estremecerse. Meses atrás recibir esa sonrisa lo hacía feliz, pero ahora se sentía diferente—le causaba miedo. Era como un tigre observando su presa, listo para enterrar sus garras.

"¿De verdad pensaste que podrías escapar de mí?" Preguntó el Alfa y extendió su mano para así acariciar su mejilla.

"¿No te lo dije?"  Continuó—recorriendo su rostro cuidadosamente mientras removía las gotas de lluvia, y luego colocó un mechón de cabello rubio detrás de su oreja.

Laureles y PeoníasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora