Brendan sacó su teléfono y le marcó a alguien pidiendo un medicamento para bajar una alta fiebre—el cual llegó después de unos minutos a manos de uno de los guardaespaldas.
Le pasó dos pastillas y un vaso de agua, y Jun tomó lo ofrecido con manos temblorosas, mientras que el Alfa solo lo observaba como si estuviera, confirmando que se las bebería como debía.
Se recostó en el sofá con sus ojos cerrados, esperando que la medicina hiciera efecto, pero el dolor de cabeza no cesaba. Nunca había experimentado algo así, pero le recordaba un poco a su infancia, y se preguntaba si debía volver a las citas médicas que sus padres le forzaban—debido al asma y alergias.
Los malestares que sentía ahora no se parecían a lo que sentía en ese entonces, pero pensó que quizás estaban conectados. Nunca ha dejado de tomar los medicamentos que le prescribieron desde que era un adolescente. Sin embargo, admitió que últimamente, debido a lo ajetreado que ha estado con el trabajo, se le había olvidado tomar algunas de las dosis.
Al paso de varios minutos, sentía que sus alrededores se volvían más y más callados, hasta que llegó a un punto donde no escuchaba nada.
Brendan se quedó mirándolo por unos segundos mientras dormía tranquilamente acostado en el sofá. Su guardaespaldas le había dicho que el medicamento podía actuar como un somnífero dependiendo del estado físico de la persona.
"¿Estás seguro de que el medicamento no le hará daño?" Preguntó, mirando a su guardaespaldas fijamente.
"Así es, no es alérgico. El doctor lo confirmó."
"Bien."
Todos en la empresa tenían como requisito proporcionar una lista de los medicamentos a los que eran alérgicos, en caso de emergencia. Así que era entendible que Samuel haya podido confirmar que no había ningún problema.
Se acercó a su escritorio y tomó su chaqueta. Aún debía terminar algunos informes, pero los pospuso, y decidió tomar un descanso.
"¿Quiere que lo lleve a su apartamento?" Inquirió el guardaespaldas—Samuel, mientras lo señalaba.
El Alfa miró hacia el cielo, las estrellas estaban en su punto alto y la Luna Nueva tan brillante y cegadora.
"No... lo llevaré al mío."
Samuel lo miró extrañado. No era una persona de mostrar tanto interés en los demás. No había olvidado aquel día donde pudo verlo salir de la casa del Alfa y lo posesivo que su jefe había sido por unos breves instantes, pero aun así, no entendía por qué Brendan llegaría al extremo de incluso comprarle medicina.
"Como ordene, señor."
Samuel caminó hacia Jun, con la intención de levantarlo y llevarlo cargado hasta el auto. Ciertamente, no dejaría que su jefe cargara al chico nuevamente. Empezaba a recordar que en todas las instancias donde hacía cosas inusuales, el Beta estaba presente.
"No lo toques." Dijo fríamente. "Yo lo llevaré."
"... Entiendo, lo esperaré afuera en ese caso." Samuel solo pensó que ciertamente algo extraño estaba sucediendo.
El Alfa lo cargó en sus brazos y salió de la oficina. Como siempre, aún había algunos empleados haciendo horas extras, los cuales se quedaron mirándolos mientras se acerban al ascensor.
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Laureles y Peonías
RomansaDespués de prácticamente ser ignorado por su familia por ser Beta, Junne se muda a otra ciudad para comenzar una nueva vida lejos de ellos. Pero al tratar de vivir tranquilamente, llama la atención de un Alfa dominante que está más que dispuesto en...