Capítulo 42: Reconsideración

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Brendan estuvo en un viaje de negocios al otro extremo de la ciudad, acompañado de Samuel y después de un largo día, el Alfa iba de regreso a la compañía en su carro mientras observaba el panorama en el camino.

"El señor Ambrose lo llamó mientras estaba en la reunión," Dijo Samuel, atrayendo su atención.

"¿Qué quería?"

"Dijo que lo llame lo antes posible," miró por el retrovisor.

"...Entiendo," Brendan sacó su celular y marcó el número de Ambrose. "Llévame al hotel."

"Entendido. ¿Quiere que llame al señor Junne?"

Brendan lo miró irritado y Samuel desvió la mirada inmediatamente y continuó conduciendo.

"Pásale el teléfono a Ambrose." Le ordenó a alguien en la línea.

"Por fin te dignas a llamar, ¿no?" Respondió Ambrose al paso de unos breves minutos, sonando enojado. "No está bien la forma como me tratas."

"¿Qué es lo que quieres?"

"...eres tan frío. Tengo prohibido usar mi teléfono, ¿no crees que es injusto?" Respondió molesto y luego continuó hablando al ser ignorado. "...okay escucha, tu abuelo organizó una reunión que se llevará a cabo en dos semanas y todos debemos asistir."

"..."

La reuniones familiares eran eventos a los que Brendan prefería no participar si tuviera la opción. Su familia prácticamente consistía de Omegas y Alfas dominantes lo que hacía de ese tipo de situaciones un tanto insufribles para él. Era un tanto caótico cuando estaban todos juntos.

"¿Brendan?" Preguntó Ambrose después de varios largos segundos.

"Te escuché. ¿Dónde será?"

"...En Italia—en su mansión. Al parecer tiene algo importante que decir y debemos estar todos allí."

"Está bien, ya tengo que colgar."

"Hey,"

"¿Qué?"

"...trae a Junne contigo."

Antes de poder cuestionarlo Ambrose ya había colgado la llamada.

Brendan suspiró y recostó su cabeza del asiento, mientras que Samuel solo lo miraba curioso.

"¿Todo bien, señor?"

"Si... todo bien." Dijo y miró fuera de la ventana.

Había pensado en Jun por varios días y la verdad era que necesitaba desahogarse y él era era el único con quien pensaba en hacerlo.

Aún no se cansaba de tener sexo con él—lo cual era raro—al contrario, anticipaba sus encuentros. Era algo tan extraño para Brendan que incluso se forzó para así no verlo durante días y se dio cuenta de que incluso su libido había aumentado.

"Parece que volveremos a Italia."

"...ya veo." Respondió Samuel pensativo. "¿Quiere que compre los boletos de avión?"

"Si."

Ambos continuaron de camino al hotel en silencio mientras gotas de lluvia caían sobre el lujoso auto a medida que se alejaba, y Brendan solo pensó en que al menos al otro día ya sería viernes.

-

Brendan se encontraba en su última reunión de negocios del día.

En la amplia mesa habían al menos diez personas sentadas a su alrededor. Ya habían terminado de dar sus opiniones y todos lo observaban un tanto nerviosos esperando los fuertes comentarios que saldrían de su boca. El único que se veía tranquilo era Jonathan, quien lo observaba con una expresión de animosidad que hacia contraste con la de los demás. 

Laureles y PeoníasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora