Capítulo 141: Derechos

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Brendan regresó a la habitación y frunció el ceño al ver lo nervioso que estaba Samuel. Estuvo a punto de interrogarlo, y se detuvo al escuchar, a través de la puerta medio abierta, a un Kayden molesto. 

"No puedes salir así, Junne." Reclamó con un suspiro. "Tienes que ser más cuidadoso en tu estado."

"Estabas durmiendo y no quise despertarte, Kay." Replicó Jun. "Ambrose salió con Dimitri a resolver algo y pensé que estaría bien salir un momento."

"No lo vuelvas a hacer. Estaba muy preocupado, incluso pensé en hablar con los enfermeros para que me ayudaran a buscarte."

"Estás exagerando, Kayden. Solo salí por unos breves minutos."

"¿Saliste de la habitación solo?" Reclamó el Alfa, una vez entró al lugar. Escaneó el área y se percató de que ciertamente sus padres no estaban allí.

Jun se volteó a verlo con tímidos ojos y luego los desvió hacia sus manos en su regazo.

Kayden no levantó su cabeza, y arreglaba las sábanas a medida que se quejaba en voz baja.

"Sí, salí al baño por un momento." Respondió con tenuidad.

"No puedes salir solo." Su voz era firme, y Jun asintió—sin mirarlo a los ojos. "Tienes que cuidar tu cuerpo—ahora más que nunca." Brendan frunció el ceño al notar su extraña conducta.

"Lo sé ... lo siento."

El Alfa se acercó, miró el monitor intensamente—comprobando que sus vitales estuvieran bien. Extendió su mano para sentir su temperatura corporal pero el Omega se exaltó, y a pesar de lo breve que fue el gesto lo notó de inmediato.

Brendan alejó su mano al comprobar que su temperatura estaba bien, ya que eso era lo importante.

"¿Tienes hambre, Junnie?" Dijo Kayden, ignorando la rara tensión.

"Ah," El Omega miró a su amigo apenado. "Sí, un poco."

"¿Qué quieres comer?" Respondió el moreno, sonriendo.

Brendan observó la interacción con tranquilidad y dejó que ambos deliberaran que comida preferían y luego envió a uno de sus subordinados por la orden. La comida de hospital era algo que a nadie le gustaba, y mientras siguieran las recomendaciones del doctor, sabía que estaría bien.

Durante toda la conversación, Jun nunca miró en su dirección y continuó brindándole toda su atención a su amigo. Por alguna razón esto le molestaba al Alfa, pero no dijo nada.

"Me iré por unas horas, bebé." Dijo Kayden acariciando su mejilla y luego recogió sus pertenecías. "Regresaré mañana."

"¿Está todo bien?" Jun se veía preocupado, y esto agitó la curiosidad del Alfa.

Kayden pausó por un momento y luego sonrió suavemente. "Sí, todo bien. Solo es algo del trabajo."

Jun aparentó entender su ambigua respuesta y simplemente asintió lentamente, no parecía creerle. El Omega salió del lugar luego de despedirse de su amigo muy afectuosamente, y al lanzar una imperceptible y desganada despedida hacia Brendan.

"Tú deberías volver también. Tienes trabajo mañana, ¿no?" Expresó Jun una vez la puerta se cerró y el silencio se esparció en la habitación. "Deberías descansar."

Brendan lo miró, impetuoso. "No iré a ninguna parte, Junne."

Jun lo observó detenidamente y luego dirigió su mirada hacia los ventanales que exhibían el soleado día. El Alfa había escogido la habitación más cara del hospital y el panorama era precioso—el Omega pareció olvidar por un momento dónde estaba.

Laureles y PeoníasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora