Capítulo 93: Resentimiento

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"Junne," Murmuró su mamá.

Jun levantó su mano para detener sus excusas, y cerró los ojos, respirando profundo para intentar tranquilizarse. Jonathan los llevó a la salida, ya que no quería conversar dentro de la casa, previniendo que escucharan la conversación.

"¿Por qué no me dijeron nada?" Dijo una vez estuvo cerca de su auto. "¿Era necesario ocultarlo de mí?"

"... Mientras menos personas supieran era mejor." Juliette lo miró con ojos tristes. "Tu padre puede ser muy persuasivo."

"¿Quiénes sabían?"

"Solo cuatro personas, incluyéndome. Tu abuelo, uno de los farmacólogos de la empresa y el doctor Winter." Explicó en voz baja.

"¿El abuelo?" Se veía sorprendido. ¿Tienes contacto con él?"

Su mamá secó sus mejillas con un pañuelo que le entregó su nana. "... Conversamos de vez en cuando—pero tu padre no lo sabe. En ese entonces, pedí su ayuda en medio de mi pánico."

Jun miró a su hermano con interés.

"Yo me enteré hace apenas unos años... tuviste una recaída." Agregó estoicamente.

Frunció el ceño, aturdido. "No recuerdo nada,"

"Es un efecto secundario. La memoria en algunos Omegas es afectada al consumir altas cantidades del supresor." Explicó el doctor Winter, hablando por primera vez durante toda la noche. "Ya le había informado a Juliette que no podrías seguir consumiéndolos a largo plazo, tu cuerpo se estaba acostumbrando a ellos y ya no hacían el efecto adecuado... a eso se debió la recaída."

"Entonces, según ustedes... ¿Ocultaron todo esto para protegerme?"

Su madre asintió.

"... Y para lograrlo, la alternativa fue hacerme sufrir de otra manera. Sentir como si no encajara, el odio de mi padre y la exclusión de la familia... todo esto—"

"Podría ser peor." Interrumpió su hermano. "Evadimos lo peor por un tiempo, pero ahora..." miró a su alrededor y Jun entendió a que se refería. No debían continuar la conversación donde se encontraban. Algunos de los subordinados de su padre inspeccionaban los alrededores.

Jun sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. "Debo irme," Se alejó del grupo. " Yo... necesito tiempo para pensar."

Su mamá asintió, con ojos enrojecidos y repletos de lágrimas. "Sí, mi vida. Lo entiendo,"

Una punzada en su abdomen le hizo encogerse, y con una alarmada expresión sostuvo su estómago. Espiró intranquilo ante la momentánea aflicción, y se sintió aliviado al ver que el extraño dolor ya se había calmado.

"¿Qué pasa? ¿No te sientes bien?" Preguntó su madre, preocupada. "Te ves muy pálido."

Juliette trató de tocar su rostro, pero Jun se alejó, generando una expresión de dolor en su madre.

"Sí, solo fue un mareo."

Debe ser el estrés.

Pensó al abrir la puerta de su carro. Consideró visitar a Alessio, ya que la ansiedad le estaba afectando. Solo quería regresar al apartamento y alejarse de toda la situación. La intensa discusión lo dejó exhausto.

"Te llevaré." Proclamó Jonathan, y caminó al lado del conductor, sosteniendo la puerta. "Ve al otro lado."

Su madre lo observaba con ojos repletos de añoranza y con su mano contra su pecho—como si le doliera allí. Era la misma que había extendido para tocarlo momentos anteriores y sintió una punzada al notarlo. No le gustaba tratarla mal, ya que sabía que tenía suficiente agonía al convivir con su padre, pero el resentimiento que sentía no le permitía actuar de otra forma. Necesitaba tiempo para superarlo, si es que podría algún día.

Laureles y PeoníasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora