Jun se despertó completamente agotado—Brendan lo tenía aprisionado contra su pecho, y no tenía forma de moverse. Aunque tampoco tenía ganas de hacerlo.
Sonrió al recordar lo increíble que había sido el sexo la noche anterior. Había algo diferente, y le había encantado.
Acarició la espalda de su Alfa suavemente, mientras escuchaba su corazón latir tranquilamente.
Jun lo amaba—no había duda de ello.
Se acurrucó contra su pecho y suspiró. Inhalando su rico olor.
"Buenos días," murmuró el Alfa. "Te levantaste animado hoy." Comentó burlonamente y solo así Jun se percató de que estaba erecto.
"Oh."
Brendan se inclinó y lo miró fijamente. Tomó su mano y la llevó a su entrepierna, mostrándole que ambos se encontraban en la misma condición.
"Siempre sabes cómo agitarme." Murmuró en una voz seductora, y lo besó ardientemente.
Esa mañana continuaron una sesión que se alargó por unas horas, haciendo que ambos llegaran tarde al desayuno.
***
"Este es mi favorito, tío Ambrose."
Jun observó a su familia tener una conversación amena esa tarde. Ambrose y Manon conversaban entusiasmados acerca de diseñadores y sonrió—el Omega le había exigido que le llamara tío y el chico no dudo en cumplir su capricho. Su hermano siempre había tenido interés hacia el arte—le gustaba sentarse a su lado y verlo dibujar desde que aprendió a caminar.
Su interés por el diseño de modas era evidente, y se preguntó si mantenerlo oculto, era su forma de convivir tranquilamente con Ernesto Fiore.
La conversación le recordó a Mikhail y se preguntó cómo estaba el Alfa. Habían pasado semanas desde la última vez que habían conversado.
Miró a Brendan a su lado, quien simplemente estaba concentrado en su computador. Iba muy pocas veces a la compañía últimamente y se llevaba el trabajo a casa. Luego recordó la noche apasionada que habían compartido y se sonrojó. Al parecer había experimentado algo parecido al celo, suele suceder en los embarazos con el aumento del libido, pero no se quejó ya que la experiencia fue fantástica.
"¿Te gusta lo que ves?" Preguntó el Alfa sin remover sus ojos de la pantalla.
"Sabes que sí, presumido." Jun se sonrojó. "... por cierto, necesito un teléfono nuevo."
"¿Prometes no perderlo de nuevo?" Preguntó en broma, sonriendo levemente.
Jun golpeó su brazo juguetonamente. Se sentía tan bien hablar casualmente con su Alfa, sentado con las piernas arriba del sofá y disfrutando de sus apacibles feromonas. Esas sesiones eran sus favoritas, y sabía que a sus bebés también le encantaban—aunque no lo dieran a notar.
Tocó su estómago suavemente y se preguntó cuando los sentiría moverse. Era algo que lo tenía un tanto preocupado y tenía la inquietud de preguntarle a Alessio, temiendo lo que le diría.
"¿Qué sucede?" Escuchó a su Alfa decir, y alejar el computador.
Jun lo miró y esta vez no se sorprendió al ver que percibió inmediatamente su cambio de humor.
Extendió su mano y acarició su cabello suavemente. Jun cambió de posición y dejó que el Alfa estuviera en medio de sus piernas. Abrazándolo con fuerza, sintió el delicado y prolongado toque en su espalda. A pesar de lo ásperas que eran sus manos, su toque siempre era cuidadoso.
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Laureles y Peonías
Roman d'amourDespués de prácticamente ser ignorado por su familia por ser Beta, Junne se muda a otra ciudad para comenzar una nueva vida lejos de ellos. Pero al tratar de vivir tranquilamente, llama la atención de un Alfa dominante que está más que dispuesto en...