Capítulo 56: Amistades y Negocios

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Jun pudo notar que los demás chicos acompañándolos en el jardín eran bastante antipáticos. Nunca trataron de incluirse a la conversación y prefirieron mantenerse alejados. Ambrose hacía comentarios de vez en cuando que parecían estar dirigidos a ellos cuando notaba sus miradas y risas contenidas. Era notable que había algún tipo de enemistad entre ellos.

Después de algunas largas horas, la conversación se resumió y Jun se despidió, diciendo que iría a su habitación para organizar su equipaje—y luego preparase para acompañar a Brendan a la cena junto a su familia.

"¿Me acompañas?" Le peguntó a Noah mientras se ponía de pie y este asintió.

Ambos caminaron hacia el segundo piso guiados por una de las sirvientas, ya que al parecer quería mostrarle a Jun su alcoba.

"Esta es su habitación, señor. Si necesita algo, solo debe tocar el timbre que está justo al lado del interruptor de la luz." Explicó la señora con un fuerte acento italiano.

"Si, lo tendré pendiente. Muchas gracias."

La sirvienta miró a Noah nerviosamente como si esperaba que la siguiera, y luego se retiró tranquilamente al no recibir respuesta alguna.

Jun entró al cuarto que sería su espacio por los siguientes días, pero no estaba interesado en la estética del lugar—al menos no en ese momento, ya que tenía otras preocupaciones en su mente.

Se volteó hacia Noah, quien acababa de cerrar la puerta detrás de él, pero su amigo tenía sus ojos puestos en el suelo—al parecer trataba de evitar su mirada. Así que Jun se acercó a él con largos pasos y le dio un fuerte y cálido abrazo. Noah se exaltó por un momento—Jun lo había tomado desprevenido por lo que le tomó unos segundos reaccionar.

"Te extrañé muchísimo," Exclamó Jun. "¿Estás bien? Te ves más delgado..." Dijo al separarse para observarlo mejor.

"Junne, yo—hm.. ."

Noah no pudo continuar su oración debido a que tenía un nudo en la garganta. Sus ojos se nublaron y las lágrimas empezaron a fluir. Junne lo abrazó nuevamente—la reacción de Noah lo dejó sorprendido—nunca lo había visto en tal estado.

"¿Noah, por qué lloras?" Preguntó preocupado.

Pero él no contestó, y simplemente continuó sollozando en silencio—aferrándose a Jun como si su vida dependiera de ello.

Jun caminó con él hacia un gran sofá en medio de su habitación, y se sentó a su lado. Le pasó un pañuelo que había tomado de la mesa para que secara sus lágrimas.

Al paso de unos largos minutos, Noah pudo recobrar la compostura y mirar a Jun a los ojos, pero se veía muy avergonzado.

"Perdóname, no sé que me pasó. Yo solo—" Noah suspiró profundamente. "Supongo que fue un gran shock ver un amigo dentro de esta casa. No sabía que vendrías,"

"Yo tampoco. Lo supe al llegar aquí." Jun lo observó curioso. Noah se veía física y mentalmente agotado. "¿Por qué desapareciste así?"

"Es una larga historia."

Jun miró su reloj cómicamente. "Bueno, tenemos dos horas hasta la cena. ¿Te da el tiempo?"

Noah sonrió. "Supongo que sí."

"Bien, empecemos entonces." Jun se alegró al finalmente verlo sonreír.

Noah respiró profundamente y luego le contó algunos detalles de las cosas por las que había pasado los últimos meses. Le explicó que Dante era muy agresivo, por lo que era difícil de manejar. También le dijo como había tratado de alejarse en numerosas ocasiones pero Dante siempre lo encontraba y lo obligaba a quedarse.

Laureles y PeoníasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora