Jun se despertó un tanto alarmado— con la respiración entrecortada, y sostuvo su estómago con pánico ante el extraño malestar.
"Ugh," Se quejó al sentir un dolor punzante y trató de gritar por ayuda, pero su voz no salía.
Sintió cálidas manos a su alrededor y una suave voz en su oído. Se concentró en el sonido y lentamente su corazón se fue calmando. Se alejó un poco del fornido pecho y miró con ansiedad a una esquina de la habitación donde se encontraban sus gemelos. El alivio que recorrió su cuerpo al ver a los pequeños dormidos allí le pareció incluso exagerado.
Una de sus peticiones había sido que trasladaran a los bebés a sus aposentos, y a pesar de su extraña solicitud, el Alfa accedió de inmediato.
"Estás a salvo." Escuchó a Brendan decir y Jun espiró con calma. Sintió sus brazos rodearlo con más fuerza y se aferró al Alfa.
"Gracias, Brendan." Dijo en un tono suave y solo recibió suaves caricias en su espalda en respuesta. "Fue solo una pesadilla."
"¿Qué soñaste?"
"Había—había alguien tratando de llevarse a los bebés. Y yo corrí con todas mis fuerzas y no pude alcanzarlo... fue aterrador."
"No entiendo por qué estás teniendo estas pesadillas últimamente. ¿Pasó algo?" Preguntó el Alfa en su oído, envolviendo al Omega en su fragancia, quien las olía con comodidad de su cuello.
"No. Yo solo," Jun suspiró y cerró los ojos. "No estoy seguro, solo me siento ansioso cuando no tengo a los bebés cerca y me da miedo que algo suceda."
"Nada te va a suceder a ti, o a los gemelos." Brendan besó suavemente su frente. "Me aseguraré de ello."
Jun asintió y al paso de largos minutos se sintió mejor. Brendan besó su frente y se sentó a orillas de la cama, observando a sus hijos, quienes aún dormían en su cuna. Se veía pensativo.
Luego se volvió a ver a Jun con ojos firmes. "¿Sientes dolor? Vi que sostenías su estómago mientras dormías."
"Ah," Jun recordó en leve dolor que aún recorría su abdomen. "Sí, un poco."
El Alfa se paró de la cama y se dirigió a una pequeña despensa cerca de la cuna de los bebés, pareció no encontrar lo que buscaba y chasqueó su lengua. "Iré por unos calmantes. Ya vuelvo,"
Jun asintió y sonrió levemente al ver lo apresurado que había salido de la habitación.
Al paso de unos minutos salió de la cama y se dirigió a la cuna. Observó a sus bebés con un inmensurable amor en sus ojos, se sentó en la silla que habían colocado a su lado y los observo por largos minutos. No se había dado cuenta de que había alguien observándolo desde hace un largo rato y solo las caricias a su cuello llamaron su atención.
Elevó su mirada y miro a Brendan con una cálida sonrisa. "Son tan hermosos." Dijo con una voz entrecortada
"Se parecen a ti." Dijo el Alfa casualmente y Jun se rio dulcemente. Brendan acarició su mejilla al ver su adorable expresión.
"Aún no puedo creer que los tengo aquí conmigo." Se volvió nuevamente a mirarlos al escuchar a uno de ellos quejarse.
El Alfa se mantuvo callado. Le extendió un vaso de agua y los calmantes que había buscado para su Omega. Una vez bebió las pastillas, se sintió agotado y se dejó guiar nuevamente hacia la cama. Brendan lo acomodó a su lado y beso su frente. Era un gesto que se había vuelto una rutina desde hace un tiempo, y hacía que su corazón se encogiera.
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Laureles y Peonías
RomanceDespués de prácticamente ser ignorado por su familia por ser Beta, Junne se muda a otra ciudad para comenzar una nueva vida lejos de ellos. Pero al tratar de vivir tranquilamente, llama la atención de un Alfa dominante que está más que dispuesto en...