Laureles y Peonías

Capítulo 123: Tormenta

Brendan prestó atención a la conversación con paciencia, escuchar la voz de Jun después de todo lo que había sucedido generó un extraño sentimiento en su pecho.

Chasqueó su lengua al entender mejor por qué los Omegas se quejaban tanto de la falta de autonomía. Durante la incómoda reunión, Jun solo pronunció unas pocas palabras, debido a que los Alfas a su alrededor fueron quienes lideraron la conversación, lo cual era ridículo—el resultado solo le afectaría a él. Después de todo era su vida.

"Me gustaría tener una conversación privada con Junne. Para que así sea más cómodo y diga cómo se siente. Este ambiente es muy tenso," Escuchó hablar a aquel Omega que le daba mal espina, había hecho unos comentarios que le hicieron cuestionar su rol allí.

Hubo un silencio por varios minutos una vez salieron del salón, incluso podía sentir la tensión a través del teléfono.  Ernesto, como si no pudiera contenerse, continuó con sus inútiles comentarios.

"¿A caso no hay Omegas en Italia?" Se mofó el Alfa. "He escuchado que incluso en Francia hay unos muy hermosos. ¿Así que por qué tu hijo esta tan empeñado con este Omega?"

Este Omega.

Dimitri se rio, pero se notaba que era una risa de disgusto para así contener su molestia.

"Junne pertenece a nuestra familia ahora." Sus palabras eran definitivas y se alegró de que lo haya dicho porque así era.

"... ¿Cómo sería eso posible cuando ni siquiera esta marcado?" Continuó el hombre. "Además, ese bastardo que carga no es de ningún Russeau. Lamento que hayas tenido que venir aquí para enterarte..." Continuó cínicamente.

Sus palabras no le sorprendieron, era más que obvio que no llegarían a un acuerdo.

"¿Qué acabas de decir?" Escuchó a su padre decir, y si estuviera en su lugar no estaba seguro de poder mostrar la misma compostura.

"Es justo como escuchaste. Junne no tiene ningún tipo de atadura con tu hijo."

"Escúchame bien, Fiore. Si no quieres que esto se torne en una situación aún más complicada, será mejor que consideres tus palabras."

"¿Dije alguna mentira? Así son los Omegas, le abren las piernas a cualquiera que les hable bonito o emitan buenas feromonas. Hasta dónde sé, podría estar embarazado de cualquiera. ¿No es así Juliette?"

Escuchó un traqueteo y luego voces apresuradas, claramente Dimitri había perdido su calma.

"Caballeros," Escuchó decir a Raul, el comisario.

Brendan ya había salido del auto a medida que la conversación continuaba—escuchó a su padre gritar ofensas y luego colgó la llamada.

Ya era hora de recuperar lo que le pertenecía.

Se alegró de ver a todo su equipo allí como planeó. Nunca tuvo esperanzas de que el plan de su padre resultara, pero por apariencias debió dejar que lo intentaran, no había desistido de su plan original en ningún momento.

Más de veinte hombres se encontraban esparcidos por los vehículos que se iban agregando a medida que pasaban los minutos. Se mantuvieron a una distancia considerable para no llamar la atención.

"Entraremos ahora." Le dijo a Kevin quién se encontraba fuera de su auto y este asintió. No había duda en su mirada.

Tres de sus hombres se acercaron al portón, y amenazaron al vigilante, quien inmediatamente abrió la puerta luego de entender que la situación no era simple y que ingresarían de cualquier forma.