Brendan estaba concentrado revisando algunos documentos en su oficina como de costumbre.
Ese viernes tenía una reunión de último minuto con Jonathan Fiore. Tenía algunas inquietudes debido a unos reportes que le fueron entregados. Sin embargo, no estaba feliz de ir a verlo ya que no soportaba al engreído Alfa ni a su familia. Ernesto Fiore, era una basura que se creía intocable debido a que tenía conexiones en el gobierno y su esposa era conocida por lo vengativa y clasista que era.
Para agregar a su irritación, tenía varios días sin ver a Jun ya que estaba con Ambrose recorriendo la ciudad y pensó que quizás debió negarse a su petición.
"Kevin, ¿alguna noticia de Am?"
"No. El Señor Junne y el Señor Ambrose salieron temprano esta mañana pero los chicos reportaron que no ha pasado nada fuera de lo ordinario."
"¿Qué hay de mi padre?"
"Su padre ya dió la orden de llevarlo de regreso."
"Me lo imaginaba." Brendan sonrió cínicamente. "¿Am ya lo sabe?"
"No, aún no."
"...Bien. Se lo diré esta noche."
Ambos salieron y se dirigieron hacia Farmacéuticos Fiore. Subió al ascensor y se quedó en el piso donde se encontraba la oficina de Jonathan—caminó ignorando las curiosas miradas que recibía en el camino.
Era la tercera vez que visitaba el edificio y no estaba feliz de hacerlo—incluso lo evitaba, ya que no le gustaba el olor leve a medicamentos que se percibía en el aire ni el ambiente extraño que se sentía en el lugar.
"Buenas tardes Señor Russeau," una alta y muy bonita chica de cabello negro lo saludó. Ignorando a Kevin. "El Señor Fiore está en medio de una reunión y me pidió que los llevara al auditorio."
Brendan ya sabía donde era, había estado allí en sus últimas visitas, pero no se movió de su lugar. En cambio, se sentó en uno de los sofás en el área de espera y sacó su teléfono celular.
"El Señor Russeau esperará aquí hasta que la reunión termine." Le respondió Kevin.
La chica—quien parecía ser Beta, arrugó su cara. Estaba ofendida porque Brendan ni siquiera quiso dirigirle la palabra. Se retiró a su escritorio enojada y continuó trabajando.
Al paso de unos diez minutos la puerta de la oficina de Jonathan se abrió, y de allí salió un hombre fornido con tatuajes asomándose a sus muñecas y cuello. Era asiático, con el cabello atado en una cola y caminaba con confianza—parecía ser japonés.
Detrás de él habían dos guardaespaldas, se veían igual de temerosos pero no compartían el mismo aire autoritario.
Interesante...
Ambos Alfas se miraron momentáneamente, y luego Brendan lo vió desaparecer hacia el pasillo.
"El señor Fiore está listo para verlo ahora." Dijo la chica al paso de unos minutos con indiferencia.
Brendan se paró, ajustó su traje y caminó hacia la oficina. Al entrar pudo percibir un olor suave a feromonas que evidentemente pertenecía al Alfa que acababa de retirarse y otra fragancia que no podía descifrar. Estaba claro que se había utilizado un neutralizador para ocultar el olor en el área.
"Jonathan."
El Alfa estaba detrás de su escritorio, su cabello lucia tan perfecto que parecía haberse peinado minutos antes de que Brendan entrara. Se sentó en uno de los sofás a su frente sin esperar la invitación de Jonathan, en una posición que aireaba confianza.
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Laureles y Peonías
Roman d'amourDespués de prácticamente ser ignorado por su familia por ser Beta, Junne se muda a otra ciudad para comenzar una nueva vida lejos de ellos. Pero al tratar de vivir tranquilamente, llama la atención de un Alfa dominante que está más que dispuesto en...