Capítulo 43: Mal Humor

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Al llegar a la empresa, Brendan estaba un poco inquieto, y además no podía esperar para estar con Jun—por sexo, obviamente—para evitar la saturación de feromonas. Los Alfas y en algunos casos los Omegas deben expulsar grandes cantidades, ya que no hacerlo puede ser muy peligroso e incluso podría causar problemas cognitivos.

Al Jun ser Beta, Brendan podía expulsar las feromonas que quisiera porque no le afectaría como a un Omega—debido a que son muy sensibles a ellas.

Normalmente, los Alfas dominantes expulsan cantidades tolerables y las van aumentando cuidadosamente a medida que tienen relaciones con sus compañeros. Es debido a esto que tienen sexo prácticamente a diario e incluso tienen múltiples amantes.

Sin embargo, solo un Omega puede calmar el celo de un Alfa. Brendan sabía que su estado se debía a la pequeña abstinencia que había tenido y debía solucionarlo rápido. Algo le impedía buscar un Omega para saciarse y usualmente seguía sus instintos—pero hay un límite.

Se acercó a la entrada de la empresa en su lujoso auto y llamó a Kevin, quien estaba dentro del edificio esperándolo. Lo había dejado atrás para que estuviera pendiente a Jun, ya que manejaba información muy sensible y confidencial de sus negocios, y debía ser precavido. Kevin le había informado que Jun se había retirado minutos antes y no sabía a donde iba.

Apagó el motor del carro y sacó su celular para llamarlo, pero se detuvo al verlo parado en la acera. Así que salió, vistiendo un bonito y elegante traje— y caminó en su dirección.

Jun estaba distraído usando su celular y se veía algo cansado, pero eso no le restaba a lo hermoso que lucia en su vestuario casual.

El Alfa sabía lo que sus acciones provocaban en él y sonrió al ver la reacción de Jun cuando se percató de su presencia. Le gustó—bastante—verlo temblar, sonrojado y con sus pupilas dilatadas.

No sabía que los betas podrían ser tan expresivos.

Pensó por un momento.

A medida que conversaban, su irritación iba aumentando rápidamente. Había ido allí a buscarlo para que cumpliera con su parte del acuerdo y el hecho de que ya tenía planes le enojaba.

Evitó dirigirle la palabra a Mikhail y le molestaba que tratara de acercarse—lo conocía, ya que él le había proporcionado los vestuarios para una de sus campañas hace unos meses—y se preguntaba desde cuando eran amigos.

Después de hablar y de tener una pequeña discusión que él mismo no entendía, Brendan caminó de vuelta a su auto y se dirigió al Lunare.

Tenía una invitación para asistir a un evento de moda esa noche y sabía que era el mismo lugar al que Jun se dirigía, pero no le interesaba asistir.

Después de conducir por varios minutos, llegó finalmente al bar y buscó la mesa usual donde se encontraban sus amigos—Aris y Caín.

Ambos se encontraban bebiendo de sus tragos y sonrieron al verlo.

"No pensé verte aquí hoy," dijo Aris con una hermosa sonrisa. "Usualmente, vienes cuando necesitas distraerte... o para calmar tu celo."

"Solo vine a tomar un trago, tengo algo que hacer más tarde."

Aris frunció el ceño.

"Llamaré a los cachorritos para que nos hagan compañía." Señaló a un chico—un Omega.

"No es necesario." Exclamó Brendan, lo que detuvo inmediatamente a Aris.

"¿A qué te refieres con que no es necesario?" Preguntó incrédulo. "Luces como si estuvieras a punto de matar a alguien y tus feromonas—un tanto agresivas debo añadir—están esparcidas por todo el lugar y no llevas aquí ni cinco minutos."

Laureles y PeoníasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora