Narrado por Juan Pablo Villamil
Otro día más de arduo trabajo, era lo que mejor podía hacer el día de hoy. El mantenerme ocupado solo hacía que pensara menos en ella y evitara pensar en lo que había sucedido anoche. Me temblaban las manos de solo pensar que a esta hora quizás ella ya había aceptado la propuesta de matrimonio.
Ojalá diego la conociera más de lo que yo la conocía, porque estaba seguro que ni siquiera sabía cómo le gusta el café, quizás la había visto llorar, pero no la había visto golpearse contra la pared y no la había visto levantarse con cada golpe que la vida le dio. Estaba seguro que ni siquiera sabía cuál es el olor de su piel al despertar, cuantos lunares tiene en su espalda, no observo nunca su maniática forma de morderse el labio inferior, no vio su alma, no había visto nada de lo que yo conocía de ella y hasta eso me dolía.
- Disculpe señor
Mi secretaria marcaba al teléfono.
- Dime – dije dejando los papeles sobre el escritorio
- Aquí hay un señor que precisa hablar con usted
Fruncí el ceño con gran confusión, observé mi agenda con rapidez, no tenía ninguna reunión extra pactada.
- Dile que pase
Me acerque hacia la puerta, al abrirla me lleve la no tan grata sorpresa de ver a Diego. Rodé los ojos y volteé sobre mis zapatos para volver a mi lugar, el solo ingreso cerrando la puerta tras él.
- ¿Qué haces aquí? – fruncí el ceño
- Necesitaba hablar contigo – guardo sus manos en los bolsillos
- Si es algún tema judicial, lo siento, pero tengo muchos casos
- No es nada de eso, quiero hablar contigo sobre Mey – comento
Enarque mi ceja con seriedad.
- Si vienes a pedirme consejos, viniste al lugar equivocado
- Ay ya relájate – hablo con fastidio – no soborne a Nath para saber dónde encontrarte y que tú me trates de esa manera
Rodee mis ojos con molestia, su sola existencia me molestaba.
- Quiero hablar contigo de verdad – tomo asiento frente a mí – quiero pedirte disculpas por lo de anoche
- ¿A mí? ¿disculpas? No entiendo porque, tu no me has hecho nada más que robarme a mi novia, claro – rodé mis ojos
- Deja de actuar como un inmaduro – suplico – no me voy a casar con Mey porque
- ¿Porque? Yo me casaría con ella – lo interrumpí rápidamente
- Justamente – me señalo – porque estás tú
Relaje mi rostro por primera vez en todo el día.
- Si no supiera que Mey te ama, quizás lo haría – suspiro – pero en realidad, nuestra relación es muy distinta a la de las parejas en si porque yo tampoco amo a Mey
Fruncí el ceño intentando entender que era ese tipo de relación que Mey tenía con Diego.
- No entiendo – murmuro
- Estamos juntos, es verdad – asintió – pero los dos solo nos hacemos compañía, ambos estábamos lastimados y ambos amamos a personas diferentes. Sabemos que cualquiera de los dos se puede ir de esta relación cuando quiera, porque nos queremos como amigos
Me relajé aún más y me recosté sobre la silla nuevamente, aun no me entraba en la cabeza la extraña situación.
- Sé que ahora no lo entiendes, pero no nos vamos a casar – aclaro – y, además, vine hasta aquí a exigirte hagas algo, pero que lo hagas bien. Te dejo el camino libre, recupérala y hazla feliz porque ella se lo merece
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Amarillo - Juan Pablo Villamil
FanfictionEstoy perdida, vivo anclada casi como un pájaro a su cielo azul (T'estimo) Amarillo: me tienes en los bolsillos Primera temporada Segunda temporada Tercera temporada Todos los derechos reservados. QUEDA PROHIBIDA su copia u adaptación de cual...