.9. tercera temporada

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Narrado por Juan Pablo Villamil

Toque la puerta de casa, los niños me habían llamado bastante temprano para que los llevara al colegio. Estaba ansioso, también quería verla, aunque sabía que luego de lo de ayer solo quería hacerme desaparecer.

Abrí mis ojos con sorpresa cuando vi a Flor en la puerta, pero terminé por reírme. Ella era demasiado especial.

- Hola Villa – sonrió y se acercó a darme un abrazo

- Flor – comente mientras la abrazaba con gratitud

- ¿Cómo te encuentras? – susurro mientras se separaba de mi

Moví mis hombros, ya no podía decir cómo me sentía porque debía romperme un poco más para explicarlo.

- Me imagino – comento bajando su mirada – pero tranquilo, todo se solucionará

- Eso espero – susurre

- Ella te ama, así que ánimos – sobo mi brazo

- Yo también la amo – confesé

- Eso lo sé, no hace falta que me lo digas – sonrió levemente – los niños ya bajan

- ¿Mey?

- Todavía no se despertó – rio levemente – anoche volvió tarde

Fruncí el ceño con gran confusión. Recordé que por la tarde estuve aquí y ella, además de gritarme que me fuera, ni siquiera me había pedido que me quedara con mis hijos.

- No me pregunte – movió sus hombros – solo me ha dicho que tenía una cena de negocios con la revista y aun no se ha despertado

- Papi

Isabella bajaba corriendo de las escaleras con gran emoción. Sonreí poniéndome de cuclillas para poder tomarla en mis brazos.

- Hola hermosa – bese su mejilla con demasiado amor - ¿Cómo te encuentras?

- Muy feliz

- ¿De verdad? – sonreí efusivamente, su felicidad era la mía

- Si, quería verte papito – me abrazo

- Ay, cosita – escuche a flor hablar con demasiada ternura

- Mi papito es el más lindo – beso mi mejilla, yo solo reí

- Buen día – Alex aparecía arrastrando su mochila por el suelo

- ¿Mala noche? – reí, el solo rodo los ojos y me abrazo - ¿y Max?

- Aquí

El mayor de mis hijos se aparecía con seriedad comiendo una manzana. Se acercó a mí y me abrazo.

- Bien – llame la atención de mis hijos – saluden a la tía que ya tenemos que irnos a clases

- Papa ¿No podemos faltar? – rogo Alex

- ¿quieren que su madre me mate? – pregunte asustado

Ellos solo rodaron sus ojos y besaron la mejilla de Flor.

Los cuatro subimos al auto y entre música y preguntas extrañas de Isabella se pasó nuestro viaje. Los extrañaba demasiado que por un momento quería que Mey me los dejara llevarme, aunque sea un día, pero sabía que eso implicaría dar mi brazo a torcer a no volver a su lado.

- Por favor nada de hacer renegar a las maestras

Suplique mientras observaba por el espejo retrovisor a Alex y a Bella bajar. Tome el brazo de Max antes de que el también descendiera.

Amarillo - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora