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Narrado por Juan Pablo Villamil

Estacione fuera del Bar, había ido a buscar a Mey a la revista, pero Marcus me había dicho que podía encontrarla aquí el día de hoy.

Pensé si era una buena idea, no quería seguir lastimándola, pero la necesitaba más que nunca el día de hoy. Me resultaba imposible sobrevivir a la soledad ahora que la había encontrado y aunque mil cosas nos separaran, me urgían sus abrazos.

Ingresé al bar y caminando entre todas las personas que había en el lugar vi a Flor en la cocina. Ingresé sin permiso, solo quería saber si podía ver a Mey, pero me detuve en seco cuando vi al cara de modelito en el mismo lugar.

- Flor – carraspeé mi garganta para llamar su atención

Ella volteo a verme con sorpresa junto con Pedro.

- Villa – se acercó a saludarme con una sonrisa – ¿cómo estás? ¿Qué haces aquí?

- Bien, gracias – guarde mis manos en los bolsillos e intente no cruzar mirada con el modelito - ¿Mey se encuentra aquí?

- Se encuentra atrás, ¿Me esperas que la llamo? – asentí y ella comenzó a caminar hacia la puerta – Pedro continua con lo demás, ahora vuelvo

El solo asintió en silencio y ambos nos quedamos en silencio. El lugar comenzó a tornarse incomodo, sentía su mirada sobre mí. Intentaba con todas mis fuerzas no decir nada al respecto porque sabía que podía jugarme en contra.

- ¿Qué haces aquí? – pregunto con curiosidad

- ¿Disculpa? – fruncí el ceño confundido observándolo

- Quiero saber que eres de Mey – dejo sus utensilios sobre la tabla de madera

- Eso no te incumbe – voltee para salir de esa cocina, me irritaba su presencia

- Estas equivocado – fruncí el ceño y voltee a verlo – ella a partir de ahora es asunto mío y te quiero lejos de ella

- ¿Y tú quién eres? – reí cínicamente

- Soy el que la va a hacer feliz – dijo seriamente acercándose a mí – así que vete de aquí

Inhale y exhale sin hacer demasiado notorio que aquello me había molestado. Porque él era libre y yo era un miserable que no pudo terminar sus cosas a tiempo. Apreté mis puños con fuerza intentando contener aquel enorme enojo que sentía por dentro.

- Eso es lo que justo iba a hacer, iré a buscarla – volteé con rapidez, pero el tomo de mi brazo impidiendo que saliera de ahí, volví a observarlo con seriedad - suéltame o no respondo

- ¿Quieres pelear? – me amenazo

- ¿Qué es lo que sucede aquí?

La voz de Mey se hizo presente en la cocina, ella se puso entre los dos y nos observó a ambos con el ceño fruncido.

- Nada – ambos susurramos, bajando nuestra mirada al suelo

- ¿Nada? – su voz tenía mucha confusión - ¿Por qué Pedro hablo de que querías pelear, Villa?

- Me está buscando pelea – me defendí rápidamente

- El viene a mi lugar de trabajo – Pedro contraataco

- Basta los dos, parecen dos niños – elevo la voz – Villa no puedes solucionar las cosas confrontándote con las personas, por favor – me observo con negación

Abrí mis ojos con sorpresa frente a su actitud juzgadora. Apreté mis labios con fuerza y entendí que era mejor irme de ahí

- ¿Sabes qué? Fue un error venir a buscarte

Amarillo - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora