.22. tercera temporada

770 70 50
                                    

- Hola – sonreí levemente

- Hola hermanita

Flor se acercó a mí con emoción. Beso mi frente con ternura y luego se sentó a mi lado.

- ¿Cómo te sientes?

- Mejor y mucho mejor que los días anteriores – ambas reímos

- No sabes el susto que nos diste, pensábamos que te ibas a morir – su tono de voz paso a ser melancólica

- Tengo muchas cosas que hacer todavía aquí – sonreí – además, arriba no están las personas que amo

Ella me observo en silencio y una sonrisa traviesa apareció.

- ¿Entre esas personas que amas se encuentra Juan Pablo?

Me quede unos minutos en silencio.

- Tu silencio es la respuesta más sublime que obtuve de ti en este último tiempo – murmuro - quiero que mientras estés aquí recapacites sobre tu decisión de casarte con ese tipo

- Flor, no es tan fácil – negué – No quiero lastimar a Sebastián

- ¿No es tan fácil? – frunció el ceño – tú no sabes lo que ese hombre sufre por ti y tu solo piensas en alguien que conoces ¿hace cuánto?

- Flor

- Solo piénsalo, por favor

Su suplicas me habían hecho pensar. Recordar aquel sueño solo hacia se acreciente mis deseos de volverlo, pero a su vez la culpa del solo hecho de pensar que rompería en mil pedazos a Sebastián también me ponía sobre el precipicio.

Asentí levemente.

- Gracias – sonrió – no sabes lo feliz que me hace saber que lo pensaras – se acercó a mí y beso mi coronilla – voy a salir ahora, creo que tus hijos vinieron

Sonreí emocionada, ansiaba verlos. Flor beso mi frente con amor y la vi desaparecer. Me acomode mejor en la cama y suspire. ¿Qué haría? No quería decidir, quería que sea fácil. Quería ir corriendo a los brazos de Villa, pero vivir sin culpa, no quería lastimar a alguien tan bueno como ese hombre que me cuido y me protegió durante este corto tiempo pero que sin embargo por más esfuerzos que hiciera siempre iba a admirar, iba a tener ojos para mis ojitos verdes favoritos.

- Mamita – la voz de Isabella me sacaba de mis pensamientos

- Hola

Abrí mis brazos junto con una sonrisa para que mis tres pequeños demonios vengan a mí. Los había extrañado tanto. Abrace sus pequeños cuerpos contra mí y bese sus coronillas emocionada.

- Los extrañé tanto – dije aun abrazando a Max

- Nosotros a ti – sonrió Alex – ¿Te gustaron nuestras flores?

- Si, fue lo primero que observé cuando me desperté – sonreí enternecida

- Papito también te trajo unas – sonrió Isabella

- Si, también lo es – reí tiernamente

Ellos fruncieron el ceño confundidos

- ¿Cómo lo sabes? – pregunto Max, curioso

- Porque su padre es el único que sabe que flores me gustan – confesé

Yo solo reí viendo sus caras de sorpresa frente a lo que estaba contándoles. Vire mis ojos hacia la puerta, por dentro ansiaba ver a Vila entrar. Por unos minutos me quedé tildada en la puerta, aunque escuchaba a mis hijos hablar por ese momento me perdí hasta que la puerta se abrió. Comencé a temblar, todavía no era capaz de poder controlarme frente a su mirada, aunque me encantaba ser el centro de su atención.

Amarillo - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora