Luego de aquella salida, el restante de los días, no paraba de pensar en Villa y en todo lo que se estaba convirtiendo para mi. Todos los días teníamos un plan distinto para poder pasar tiempo juntos. Salidas al cine, a cenar, caminar por los parques de la ciudad, tan solo disfrutar sentarnos en cualquier parte y comer un helado o tan solo escaparnos por minutos de nuestros trabajos y tomar juntos un café.
Aunque también había días en los cuales no teníamos ni siquiera un respiro para poder realizar nuestras actividades previstas, no tomábamos un tiempo para hablarnos por la noche y contarnos las buenas y las no tan buenas del día. Era tan lindo compartir con él, las cosas.
Mis hermanas lo habían conocido y el, se había adaptado a nuestra familia rota, sin saberlo. En cuanto a Isaza y Lucy, ellos lo sabían hacia muchísimo tiempo. Mi amiga se encontraba feliz por esta pequeña relación que se formaba día a día. En cambio, Isaza, él se comportaba de manera extraña. Él se encontraba distante, si bien me pronuncio que por dentro se encontraba emocionado, no era el mismo Isaza de siempre.
Ingrese de forma temerosa a la clínica, trague saliva cuando llegue al quinto piso. Ingrese a la habitación en silencio, no me gustaban estos lugares. Me traían recuerdos horribles, suspiré cuando me puse al lado de mi hermana. Acomode su cabello, mis ojos se comenzaron a aguar. Miranda se encontraba conectada a una máquina que solo evitaba que dejara de respirar. Ella había sufrido un accidente de tránsito, más bien, un inconsciente la había chocado y se dio a la fuga dejándola en la calle.
Por suerte, la fuga de ese hombre había quedado en el olvido cuando gracias a muchas personas que aportaron información dimos con él y ahora se enfrentaba a un juicio público gracias a Bryan.
- Ojalá estuvieras aquí, hermanita – susurre para ella
La puerta se abrió y volteando con rapidez, Bryan ingresaba a la habitación en silencio.
- Hola – se acercó a mí para besar mi coronilla - ¿Cómo te encuentras?
- Bien supongo ¿y tú? – volví mi vista a miranda
- Ya sabes – su mano fue a mi hombro con pena - ¿quieres ir por un café?
Asentí levemente y me acerqué a miranda para besar su coronilla y salir de la habitación 750 junto a Bryan. Ambos caminamos hacia el café más cercano y al hacer nuestros pedidos tomamos asiento en una de las mesas fuera del local. Por unos minutos ninguno de los dos decía nada, observe mi capuchino con doble crema y luego lleve mis ojos hacia el.
- ¿Cómo has estado? – volví a preguntar, ahora estábamos solos
Él se limitaba a no hablar de cosas tristes frente a mi hermana, creía que lo escuchaba como todas.
- No sé ni cómo me encuentro, Mey – suspiro, note sus ojos volverse rojos – ayer hable con los médicos y ya no están dándome muchas esperanzas ¿sabes?
- No me digas eso – suplique cerrando mis ojos con fuerza - No puedo pensar en otra muerte más – sentí un hormigueo subir por mi garganta
- Hay que estar preparados Mey– intento sonreír, pero sus lágrimas fueron más escurridizas
Con el dolor en el alma que me causaba todo me levante del asiento y me acerque a abrazarlo. Bryan era como un hermano para mí, era un gran amigo de todas, aunque Judith se empeñase en hacerlo sentir fuera. Si miranda se moría, acabaría con muchas de las cosas que intentábamos que se mantuvieran en la familia y en especial acabaría con él.
Narrado por Juan Pablo Villamil
- Si Isaza, ya estoy en camino – hable con desespero por el audio – relájate que el jefe soy yo, no debes darme órdenes a mi
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Amarillo - Juan Pablo Villamil
FanfictionEstoy perdida, vivo anclada casi como un pájaro a su cielo azul (T'estimo) Amarillo: me tienes en los bolsillos Primera temporada Segunda temporada Tercera temporada Todos los derechos reservados. QUEDA PROHIBIDA su copia u adaptación de cual...