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Con mi ropa deportiva puesta y mis auriculares Salí a correr por el parque.

Era mi tarde libre, con mi ropa deportiva y mis auriculares comencé a correr por el parque. Necesitaba descargarme, liberar el estrés que me consumía lentamente. Desde que Miranda sufrió ese choque que la termino por dejar postrada en esa cama sin tener conciencia, mi mundo se había venido abajo en caída libre.

La música se cortó y suspiré cuando vi desde la pantalla el nombre de mi hermana.

- ¿Qué sucedió? – continúe en carrera

- ¿Puedes, al menos, considerar la idea del testamento de papa? – Dulce murmuro desde el otro lado

- No tengo que considerar absolutamente nada

- No seas egoísta, María Emilia – elevo un poco su voz

- No soy egoísta, lo que soy es realista – recalqué ese adjetivo – nosotros dejamos de ser una familia desde hace mucho tiempo – me detuve a descansar unos minutos – además, ¿para qué lo haríamos? ¿para seguir peleándonos? No quiero terminar con la poca conversación que tenemos hoy en día por eso

- Florencia se quedó sin trabajo Mey – abrí mis ojos con sorpresa – y la echaron de su departamento por no poder pagar el alquiler

- ¿Qué? – susurre con gran sorpresa – pero

- Si – suspiro con desgano – por ahí, si aceptamos el trato, podemos abrir ese bar y ella pueda trabajar

- Espera un momento – fruncí el ceño con gran confusión - ¿Dónde se está quedando?

- En lo de una amiga

- ¿Qué amiga? – pregunte, ahora me encontraba verdaderamente preocupada

- No lo se

- Dulce, ¿Cómo que no lo sabes? – me tome de la cabeza, tenía miedo de que mi hermana estuviera durmiendo en la calle

- No lo sé – se excusó molesta – no me lo ha dicho, además, Florencia es una persona adulta y puede cuidarse sola

- Está bien – cerré mis ojos con fuerza, no podía discutir con ella cuando tampoco sabía demasiado – lo voy a pensar y luego te llamare, mientras buscare a Florencia ya que no creo que este en lo de una amiga

Suspire, ¿Qué más le podía suceder a esta familia? Me sorprendía saber esto de mi hermana. Ella siempre había sido una persona responsable y trabajadora. Me sentía pésimo al saber que podía estar durmiendo en quien sabe dónde y cómo toda una egoísta la ignore. Me había llamado varias veces, pero jamás atendí.

- Eres una idiota – murmure molesta conmigo misma

- Bu

Salte en mi lugar asustada y voltee con rapidez, villa se encontraba riéndose a mas no poder de aquella reacción.

- Casi muero del susto – golpee su brazo divertida

- Lo lamento – hablo relajándose - ¿entrenando?

- Descansando – aclare

- ¿Le molesta si la acompaño?

- Claro que no – sonreí

Ambos caminamos hacia una de las bancas del parque y tomamos asiento mientras observábamos a los niños correr por todo el lugar.

- ¿Todo está bien? – murmuro con preocupación

- ¿Por qué lo dices?

- Tu mirada dice mucho – movió sus hombros – ya sabes, puedes confiar en mi si necesitas algo

Amarillo - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora