.38. tercera temporada

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Narrado por Juan Pablo Villamil

Estacione un poco lejos de la casa, no tanto para poder observar cuando Mey se iba. Sabía que Nath la invitaría a ir a algún lugar con la excusa de que Simón iría con los niños al paintball, ese era el plan.

La vi salir junto a Nath. Su mirada estaba algo perdida, pero sonreí un poco cuando la observé de pies a cabeza. Se encontraba vestida igual que el día que la conocí. Su pelo castaño se encontraba ondulado y rozaba su pequeña cintura.

No había duda de que estaba perdidamente enamorado de aquella mujer, tenía ganas de bajar corriendo y decirle "estoy aquí amor" pero sabía que solo me golpearía.

Cuando pude perder de vista el auto, encendí el motor y estacioné fuera. Reí cuando vi a los niños junto a Simón sentados en la puerta.

- Te tardaste – comento mi amigo acercándose a mi

- Deja de ser dramático – rodé mis ojos

- Ese eres tu – aclaro

- Papa

- Hola, ¿me extrañaron? – bese sus coronillas emocionado por verlos

- ¿Qué hay ahí? – pregunto con curiosidad Isabella

Camine hacia la parte trasera de la camioneta para abrir lo que era el baúl de aquel auto.

- Woa papito – hablo sorprendida Bella

- ¿Te gusta? – la observe con una sonrisa

- Si – asintió emocionada

Observe a los varones que solo vieron lo que había con el ceño fruncido.

- Papa – me llamo Max – específicamente ¿Qué es lo que haremos con todo eso?

- Específicamente, me ayudaran a bajar las cosas – sonreí

El solo rodo los ojos y se acercó para tomar la primea cosa que había a su alcance.

- Que no se rompa nada – suplique mientras iban en fila los niños hasta la casa

- Has gastado una fortuna – murmuro simón a mi lado

- No – negué rápidamente

- Villa – hablo con obviedad

- Tu sabes que por ella hasta le compraría la luna

El solo sonrió moviendo sus cejas con diversión.

- Eres todo un galán – me guiño el ojo

- ¿Cuándo dejaras de dudar sobre mis cualidades como hombre? – fruncí el ceño

- No es que dudo – pensó un momento – es solo que Mey es por la única mujer que haces todo esto

Sonreí levemente.

- Hasta se te iluminan los ojitos cuando hablas de ella o simplemente se la menciona – rio

Reí negando. Mi mejor amigo me dejaba en evidencia que nunca me había enamorado de verdad, que ella de verdad era mi mitad.

Por el resto del tiempo, comenzamos a acomodar las cosas dentro. Esperaba y ansiaba que todo esto me ayudara un poco más.

- A mama esto le va a encantar – comento Alex poniéndose a mi lado

- ¿tú crees? – lo observe con curiosidad

- Papa ¿Qué cosa que hayas hecho tu no le gusto? – dijo obvio

- Quisiera decir ustedes – bromee – pero ella insiste en que son hermosos

El solo golpeo mi brazo y yo solo reí.

Amarillo - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora