.32. tercera temporada

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Narrado por Juan Pablo Villamil

Escuche la puerta abrirse. Rápidamente abrí los ojos y me levanté de ahí, no había podido pegar un ojo en toda la noche. Mis amigos se acercaban a la celda en donde me encontraba en silencio.

Camine hacia ellos esperando que me dijera algo bueno para mí.

- ¿Ya me puedo ir? – rápidamente pregunte

Ambos se observaron cabiz bajo y eso me inquieto bastante.

- Amigo – Simón me observo con algo de dolor – estas muy complicado

- ¿Complicado? ¿por qué? – fruncí el ceño confundido – yo no he hecho nada

- Lindsay ayer por la tarde hizo la testificación de lo sucedido y – Isaza quedo en silencio

Mis amigos para explicar las cosas daban varias vueltas, yo simplemente iba a morir de un infarto o de algo esperando a que se decidieran a hablar.

- ¿y qué? Habla de una vez Isaza

- Lindsay presento un testigo

Suspire pesadamente y negando voltee tomando mi cabeza con desespero. No podía estar en una situación peor que esta. Quería salir de ahí y de verdad estrangularla con mis manos. Quería que esta vez su denuncia sea de verdad.

- Villa hay testigos, ella se encuentra golpeada – murmuro Isaza – ¿hay algo que no recuerdes de esa noche?

Voltee rápidamente luego de escuchar como dudaba de mí.

- ¿Estas desconfiando de lo que te dije Isaza? – pregunte furioso – te juro que no la toque – desesperado me acerque a la reja – te juro por mis hijos, por Mey, que son lo que más amo en el mundo

- Villa, tranquilízate – suplico simón

- ¿Tranquilizarme? Mira en donde me encuentro – grite furioso – joder – patee la reja con fuerza

- Lo más seguro es que vayas a juicio y enfrentes cargos por violencia – susurro mi amigo

- ¿Qué? – susurré sorprendido, no había hecho nada, pero para el exterior hice mucho

- Lo siento amigo, intente hacer de todo para que, aunque sea puedas irte a tu casa pero

- ¿Cuánto me darían? ¿Cuánto están pidiendo por mi cabeza? – lo interrumpí, mis manos temblaban

El apretó sus labios intentando evitar decirme la verdad, lo conocía.

- Isaza ¿Cuánto? - volví a interrogar, sabía que por cargos de violencia eran pesadas las condenas

- Veinte años de prisión

Negué nuevamente y volteé para caminar hacia el pequeño banco que había en la celda. Tome asiento y los observe seriamente. Si no sucedía un milagro iba a quedarme encerrado aquí, iba a perder todo lo que amaba.

- No hay nada más que hacer – susurro Simón

Apreté mis labios fuertemente, sentí el hormigueo subir por mi garganta.

- En seis días pusieron el juicio para darte una pena – comento Isaza

- ¿Seis días? – fruncí el ceño – Un juicio no se hace de un día para otro

- Lindsay tiene a alguien, todavía no sé quién, que está moviendo todo para que así lo sea – confeso – voy a hacer todo lo posible para que no te den esa cantidad, pero no hay más nada que hacer, Villa

Asentí en silencio. Estaba bien jodido y me pudriria, pero antes de todo esto tenía que hacer una última cosa.

- Necesito pedirles un favor – susurre observándolos con suplica

Amarillo - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora