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Me observe en el espejo, alise mi vestido negro nuevamente. Me encontraba satisfecha con el atuendo que había elegido para la cena con villa y esperaba estar a la altura de las circunstancias porque no tenía ni idea a donde pensaba llevarme esta noche.

Tome un pequeño saco por si esas casualidades de la vida sentía frio y nuevamente me observe en el espejo. No vestía de esta manera desde hacía muchos años y hasta me emocionaba el hecho de hacerlo otra vez.

Escuché la puerta y volteando con rapidez pude ver a Flor recostada en el marco de la puerta con una taza de té.

- Vaya – abrió sus ojos con sorpresa

Sonreí como una niña y di una vuelta en mi lugar para que pudiera apreciar mi atuendo completo desde todos los ángulos posibles.

- ¿te gusta? – sonreí aún mas

- Solo procura de volver entera, por favor – suplico divertida

- Florencia – la rete intentando que no viera que comenzaba a ponerme colorada

- Al menos consideraste la idea de no utilizar labial rojo, porque luego de ver como se besaban ayer – abrió un poco más sus ojos – ya sabes, podrías quedar como el Guasón con vestido y nada más ridículo que eso – rio levemente

- Gracias hermanita, siempre tan amable – sonreí falsamente

- A ver, déjame que te saque una foto así puedo mandar a las chicas – tomo su teléfono como rapidez

Pose unos segundos con diversión para que flor le mandara las fotos a mis otras hermanas hasta que escuche el sonido de la bocina de villa, me acerque a la ventana de mi habitación y pude notar que descendía de su auto con su pantalón de traje y una camisa blanca arremangada y perfectamente arreglada con los primeros botones libres. Nada fuera de lo común, pero si fuera de este mundo.

Tome con rapidez mis cosas y baje las escaleras ignorando totalmente a mi hermana que gritaba algo que no entendía. Al llegar a la puerta y abrirla voltee recordando un par de cosas que debía decirle a Florencia antes de desaparecer de ahí.

- Esta demás decirte que

- Que estoy como en mi casa – sonrió flor desde la escalera – lo sé – se llevó la taza a la boca

- Que no quiero que destruyas mi casa – hable con seriedad

- ¿Por qué no te vas? El príncipe te está esperando – se acercó a mí con rapidez para empujarme fuera de mi propia casa – Villa – grito con emoción elevando su brazo en forma de saludo

- Florencia – este le respondió de la misma manera

Camine hacia el pero antes de llegar voltee a observarla nuevamente.

- Florencia, ojo – puse mi dedo en mi ojo para mostrar autoridad

- Ve tranquila hermanita, diviértanse – cerro la puerta

Rodeé mis ojos y volví mi vista hacia Villa que se encontraba recostado sobre su auto observando la situación con diversión.

- Hola – sonreí una vez que estuve mucho más cerca de el

- Hola – aún mantenía su sonrisa en el bello rostro que tenía - Te ves bien

- ¿De verdad? – pregunte observando mis pies

- Perdón, me corrijo – lo observe con rapidez – te ves hermosa

- ¿Siempre vas a ser así? – pregunte con curiosidad

- Así ¿cómo? – se acercó peligrosamente a mí con su ceño fruncido

- ¿De romántico?

- ¿Le molesta?

Amarillo - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora