.27. segunda temporada

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Narrado por María Emilia Luna

Me encontraba ingresando a la trigésima sexta semana de embarazo, todo marchaba bien. Villa, cada vez se veía más entusiasmado. Eso me causaba ternura y a la vez, me impulsaba a mí a ser mejor cada día y estar pendiente de mí, para que no vuelva a pasar lo que una vez sucedió. Cada noche se recostaba al lado de mi barriga y le cantaba mientras que el pequeño Máximo se sobresaltaba en mi interior dedicándole patadas de forma emocionada a su padre.

- ¿Ya puedo entrar? – grite desde afuera de aquella habitación

Villa en su tiempo libre, y cuando no me encontraba en casa, se dedicaba a refaccionar la habitación de Max, pero no dejaba que ingresara porque para él debía ser una sorpresa.

- Ni se le ocurra entrar – abrió rápidamente la puerta y salía de aquella habitación cerrando con llave

- Mi amor – bufe y cruce mis brazos

- Es una sorpresa – sonrió y tomo mis mejillas para besarme lentamente – te aseguro que pronto la vera, pero confía en mi

Bufe nuevamente, pero este solo rio.

- Bien, vamos – miro su muñeca – se nos está haciendo tarde para ir a cenar con los chicos, ya quiero ver a simón con su tostado caribeño

Bromeo con diversión.

- Mi amor, nosotros deberíamos de tener una – hable con seriedad

- Cuando tu hijo nazca, juro que te llevo a donde quieras – rio y tomo de mi mano para ayudarme a bajar las escaleras de nuestra casa

- ¿Quieres decir que tu hijo te estorba? – pregunte con el ceño fruncido – escucha Max, tu padre te considera un estorbo

- Sabes que no es así – me observo enarcando su ceja

- ¿Sabes qué? Tengo hambre – sonreí y bese su nariz tiernamente, camine hacia la puerta de nuestra casa

- Odio tus cambios de humor, amor – bromeo detrás mío

- Apúrate Juan Pablo, tu hijo tiene hambre – grite con diversión

El solo se acercó a mí con rapidez y abrazándome por los hombros beso mi mejilla con tanto amor. Subimos al auto y fuimos directo hacia la casa de Nath y simón, que habían vuelto de su hermosa luna de miel en Cancún. Envidiaba que mi amiga pudiera disfrutar de eso, ya que nosotros no pudimos por la cantidad de trabajo que teníamos encina y luego, Max se apareció por sorpresa en mi panza haciéndonos cambiar de planes totalmente.

- Tu barriga está cada vez más grade – hablo simón con sorpresa cuando me observo

- Y sí, tengo un bebe, una criatura. Esta cosa come, crece, patea, vive aquí – señale mi panza

Todos comenzaron a reírse. Pero era verdad, este bebe era un súper alíen dentro mío.

- Chicas, ¿me acompañan a buscar las cosas para la mesa?

Nath se levantaba rápidamente y nos hacía señas de que la siguiéramos. La seguí hasta la sala, ahí Nath se detuvo y volteo rápidamente con los ojos cerrados. Se encontraba rara. Lo sabía.

- ¿Qué sucede? – pregunto Lucy con curiosidad, yo me cruce de brazos y espere a que ella hablara

- Ay ¿Cómo lo supieron? – hablo sobresaltada

- Nos pides ayuda para traer las cosas de la mesa

- Nos haces señas – hable con obviedad

- Todo raro

Amarillo - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora