Narrado por Juan Pablo Villamil
Abrí la puerta de mi casa luego de un arduo día de trabajo, contaba los minutos para salir de ahí y volver con mi familia. Los extrañaba tanto durante el día. Max ya iba a cumplir los cuatro años, era un niño súper travieso y hablador. No sabíamos cómo callarlo con Mey, pero ambos estábamos orgullosos de su crecimiento.
Fruncí el ceño cuando vi a Charo y a Flor en el sillón de mi sala demasiado entretenidas.
- Hola – sonrió flor al verme
- Hola flor, Charo – me acerque a ellas y bese a cada una en la mejilla
Dejé mi saco sobre el sillón y me senté en el suelo junto a Max, se encontraba entretenido con sus autitos. El levanto la vista y sonrió achinando sus ojos verdes.
- Papa – se levantó para abrazarme
- ¿Me extrañaste? – reí cuando terminé por recostarme en el suelo
- Mucho – respondió besando mi mejilla
- ¿mucho, mucho? O solo ¿mucho, muy poco? – escuché las risas de ambas mujeres luego de mi frase, yo solo sonreí observando a mi hijo
- Hasta el cielo – estiro su brazo hacia arriba
Ambos nos volvimos a acomodar mejor en el suelo y bese su coronilla con ternura, era increíble.
- Yo también te extrañe – desacomode su cabello
Volví mi vista a las mujeres que se encontraban atentas a mi conversación con mi hijo.
- ¿Y mey?
- Tuvo que salir – dijo flor rápidamente
- Tuvo que salir – susurre pensando - ¿A dónde?
- No lo sabemos – Charo movió sus hombros como si nada
Fruncí el ceño confundido. Ella siempre avisaba a donde iba ¿Por qué no lo haría ahora?
- No nos mires así – Flor hablo con rapidez – no nos dijo nada, solo pidió que cuidemos a Max por un rato hasta que tu vinieras – movió sus hombros
Volví mi vista a Max que me miraba confundido, pero luego le saqué una sonrisa con un par de cosquillas.
Unos minutos más y ambas se retiraron de mi casa no sin antes repetirme un millón de veces que no me preocupara, que Mey ya volvería. Cerré la puerta, suspire y tome mi teléfono para marcar su número telefónico.
"Hola soy Mey, no puedo atenderte en este momento. Solo déjame tu mensaje y luego te responderé".
- Amor ¿Dónde te encuentras?, estoy en casa con Max – suspire – te amo
Corte el teléfono y camine hacia mi hijo para ir a bañarlo.
(...)
Abrí los ojos cuando escuché la puerta de la entrada cerrarse. Me había quedado dormido en la cama junto a Max. Mi reloj marcaba las nueve treinta de la noche. Rápidamente baje las escaleras, ella dejaba su bolso sobre el sillón.
Levanto su vista hacia mí, me observo con sorpresa.
- Amor – dijo rápidamente – yo...
- Te estuve llamando – fruncí el ceño
- Si, lo siento – bajo su mirada – mi teléfono se quedó sin batería
Baje rápidamente las escaleras y la abrace, ella me correspondió rápidamente. Por un momento tuve miedo de que le hubiera sucedido algo.
- Pensé que te había sucedido algo – susurré
- En realidad – comento, a lo que yo me separe rápidamente asustado
- En realidad ¿qué?
- En realidad, si me sucedió algo – admitió rápidamente
Ella solo se soltó de mí y camino hacia su bolso. De ahí saco un papel. Volvió con un caminar lento y sonrió mordiendo su labio inferior observando aquel papel.
- Mejor dicho – me paso aquel papel – nos sucedió
Fruncí el ceño confundido y tomé el papel. Comencé a leerlo detalladamente. Era un examen de laboratorio del hospital. Abrí mis ojos sorprendido y levanté mi vista hacia ella aun con mi boca abierta de la sorpresa que emanaba aquel papel.
- Creo que tendremos que mudarnos – dijo pensativa
- ¿Seremos padres otra vez? – dije con un manojo de emociones a flor de piel
- Eso es lo que dice el papel – hablo con obviedad
Reí emocionado y me acerqué a ella para abrazarla fuertemente. Estaba feliz, iba a ser padre por segunda vez con la mujer de mi vida. Mis deseos se cumplían poco a poco, agrandar la familia se estaba haciendo posible como mi amor que se acrecentaba más a su lado. Estaba perdidamente enamorado y jodidamente feliz.
Me separé lentamente de ella y tomando de su nuca la atraje hacia mi besando tiernamente sus labios.
- Te amo – susurre cuando nos separamos
- te amo también mi amor – rio tiernamente
- ojalá sea una niña – argumente emocionado
- Que sea lo que quiera venir, de todas maneras, será nuestro hijo – me abrazo por la cintura - hablando de nuestro hijo
- Se encuentra durmiendo plácidamente – hable con orgullo
- ¿Pudiste al fin?
- Si – afirme con una sonrisa
- Pues me ausentare más seguido ya que has logrado el último paso que faltaba
- Ey – me defendí – que no logre hacerlo dormir
- No se duerme porque tú te empeñas en seguir jugando con el – aclaro riendo - y ya que mi hijo descansa, tomare un baño relajante – dijo subiendo las escaleras – que, por cierto – volteo – estas totalmente invitado a participar – sonrió picara guiñándome un ojo
Reí levemente.
- Te abusas amor, te abusas – bromee
- ¿Qué? Que no podamos hacer mucho ruido no implica que no puedas disfrutar conmigo de la ducha – volteo para continuar subiendo las escaleras
Y todavía me preguntan porque amo tanto a esta mujer.
Y aquí damos por terminada la segunda temporada de esta novela que siempre ame desde que empecé a escribirla hasta de vez en cuando releerla en mis tiempos libres. Por cierto, quiero decirles que tiene una tercera temporada y solo si están dispuestas a seguir leyendo la continuo... en el caso de que no quieran: este es su final. Dejo en sus manos la decisión y desde ya muchas gracias por estar del otro lado aunque me quiera matar un millón de veces. Las quiero mucho.
Macarena.
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Amarillo - Juan Pablo Villamil
FanfictionEstoy perdida, vivo anclada casi como un pájaro a su cielo azul (T'estimo) Amarillo: me tienes en los bolsillos Primera temporada Segunda temporada Tercera temporada Todos los derechos reservados. QUEDA PROHIBIDA su copia u adaptación de cual...