.5. segunda temporada

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- Bienvenido a tu hogar, hermano

Simón abría la puerta de mi departamento. Trague saliva e ingrese con lentitud. Algo no estaba bien aquí, pero de todas formas sabía que este era mi lugar.

- Gracias

Detrás de mi madre y Jessica ingresaron. Simón hizo una mueca de sonrisa.

- ¿recuerdas este lugar? – susurro

- Si – asentí con una mueca de sonrisa

- Mi amor, vendré a quedarme contigo – Jessica hablo abrazándome por los hombros

Voltee a verla y luego note a Simón, este la observaba con tanto enojo que no entendía. El solo negó bajando su mirada al suelo, todo esto me volvía más confundido de lo que ya estaba.

- Creo que con Simón aquí – dije intentando sonar amable – no será conveniente Jess, lo siento – sonreí apenado – creo que es mejor que sigamos estando así

Mi madre lanzo un suspiro y Simón sonrió aun con aquella mirada sobre el suelo. Lentamente me solté de Jessica y caminé hacia mi habitación. Estaba confundido, sentía un vacío que no lograba entender. El solo hecho de intentar recobrar algo hacia que me doliera la cabeza.

Me recosté en mi cama, cerré mis ojos con fuerza. Quería que los recuerdos volvieran a mí. De verdad que ansiaba recordar, sentía que esta no era mi vida. Por unos momentos estuve en ese estado.

- ¿te encuentras bien?

La voz de simón hizo que abriera los ojos, me senté en la cama. Él se encontraba en el marco de la puerta con sus brazos cruzados.

- Si – respondí algo inseguro

- Solo está confundido – afirmo

Suspiré y rendido asentí.

- Siento que por alguna extraña razón esta no es mi vida – confesé - dime algo para ayudarme a recordar, por favor

- Lo siento hermano – se acercó a mí para sentarse a mi lado – pero Marto dijo que puede que te haga mal si te lo decimos todo

Asentí entendiendo.

- ¿Puedo, aunque sea, hacerte una pregunta?

- ¿Cuál? – susurro

- Esa chica

- ¿Mey? – eleve mi vista a simón, el sonrió levemente

- ¿tiene algo que ver conmigo?

El solo rio levemente bajando su vista, parecía que disfrutaba de mi laguna mental.

- No sonrías así – dije molesto – necesito saberlo

- ¿Que siente? – pregunto intrigado observándome

- Ahora siento vacío – apreté mis labios – pero cuando la veo o pienso en ella siento que eso desaparece como si

- Como si ella te completara

Lo observe con algo de sorpresa, me había quitado la frase de la boca. Asentí con seguridad. Moncho palmeo mi hombro y se levantó de la cama. Comenzó a caminar hacia la puerta para irse.

- No me has respondido – llame su atención

El solo volteo con una sonrisa pequeña.

- Solo diré que vas por el buen camino

Narrado por María Emilia Luna

- ¿Puedes explícame porque no hiciste nada?

Isaza por primera vez hablaba dentro de aquel auto. Su tono de voz lo hacía sentir enojado.

- ¿Que querías que hiciera? No quiero hacerle mal, Martin dijo que si se le decía todo podría llegar a ser mucho peor – suspire y conté hasta cien para no llorar

- Mey ¿te das cuenta de lo que está sucediendo? – dijo volteando a verme una vez que detuvo el auto – Jessica se está aprovechando de la situación, ¿lo entiende? Está tomando el lugar que te corresponde a ti, que siempre te correspondió

- Basta Juan Pablo – grite – basta – suplique – ¿Que querías que hiciera? A ver dime – lo observe furiosa - que le diga hola mi amor yo soy tu novia, no Jessica y vamos a tener un hijo, tienes que recordarme, por favor

Cuando me di cuenta de lo que había dicho tape mi boca rápidamente. Isaza me observaba atónico. Mi respiración aumento y ya mis lágrimas no se pudieron contener que explotaron al exterior.

Mi amigo solo pudo abrazarme y yo me descargue, estaba tan dolida. No podía creer que no me recordara, no entendía porque sucedía esto. Me dolía tanto el corazón de no poder decirle quien era yo en su vida y que esté viviendo una mentira.

- Tranquila –susurro – lo siento Mey – suspiro apenado cuando se separó de mi – ¿Cuándo pensaban decirnos eso?

- Él no lo sabe – dije secando mis lágrimas – me acabo de enterar

- Ay dios – susurro echando para atrás su cabeza con sus manos

- Pero tengo fe que nos recuerde – sonreí levemente – él va a volver – afirme

- Él va a volver – repitió dándome ánimos

Solo esperaba que sea pronto porque ya lo extrañaba demasiado como para soportar su ausencia mucho tiempo y más ahora que quería que él estuviera aquí disfrutando de este momento que nos comprometía a los dos.

- Solo quiero pedirte algo – dije antes de bajarme de su auto – no se lo digas a nadie, por favor

- Pero Mey

- Por favor, no es el momento – susurre

El solo asintió no conforme con mi pedido. Bese su mejilla y baje de ahí con el corazón roto, sola, sabiendo que cuando ingrese a ese lugar, la casa no iba a ser igual sin él. 



Y ahora si, a dormir. 

Amarillo - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora