.16. tercera temporada

675 68 90
                                    

- ¿Qué le dijiste que?

La voz de Marcus rompió mis oídos una vez más, yo solo lo observe de mala manera.

- Repíteme de nuevo María Emilia, que quiero creer que escuche mal, que estoy alucinando – dramatizo, yo solo rodé los ojos – repítelo con esa vocecita y esa boquita que dios te dio ¿Qué fue lo que le contestaste?

- Le dije que si

Respondí tímidamente bajo la mirada negativa, sorprendida y aturdida de mis amigas, Flor, Marcus y mi madre que estaba más confundida que nunca.

- ¿Estás bien? – Nath me observaba seria

- Si

- ¿Cómo puedes hacer una cosa así?

Bien, ahora todos se encontraban en contra de mi decisión de casarme con Sebastián. Mis amigas estaban furiosas, se las notaba en el rostro el gran desagrado frente a esta noticia. No entendía como se negaban a que sea feliz.

- ¿Simplemente no pueden aceptar que pueda ser feliz?

- Tu felicidad tiene nombre y apellido, María Emilia – flor me recrimino

- Gracias hermana – rodé mis ojos al escucharla clavarme una daga en el corazón – por favor ¿Qué es lo que les pasa? ¿Acaso la única que persona que se merece ser feliz es Villa? Claro a él le aceptan que este en una relación con otra persona, pero a mí me hacen el problema del siglo

- La diferencia es el tipo de relación, Mey – nath puso sus manos en la cintura con enojo – Villa no se encuentra en algo serio con esa mujer, pero tú, ya hasta te casas

- Chicos – mi madre hablo por primera vez en toda esta conversación – tenemos que respetar su decisión, Sebastián es una buena persona y la quiere

- Juan Pablo la ama – Flor gruño

- ¿Me ama Florencia? – fruncí el ceño enojada y levando la voz continúe - ¿Me ama? Si tanto me ama como dicen ustedes ¿Dónde está?

Me senté en el sillón de mi oficina, estaba hasta la coronilla de que no pudieran aceptar algo que había decidido, bajo presión, pero era una decisión, al fin y al cabo.

- A demás los niños lo quieren mucho, se va a integrar muy rápidamente a nuestra familia – moví mis hombros

- ¿Familia? – Marcus hablo alterado

- A ver- mi madre les puso un freno o eso creí - ¿estas pretendiendo que Sebastián sea como el padre de mis nietos? – frunció el ceño enojada

- ¿Por qué no?

- Tus hijos ya tienen un padre, no necesitan otro – Nath rápidamente salto en defensa de Villa

- Mis hijos sufren de vez en cuando porque su padre los olvida

- ¿Los olvida? – frunció el ceño confundida Lucy – ¿alguna vez en estos meses te detuviste a preguntar qué era lo que sucedía con él para que se olvidara de ellos? Tenían un juicio muy importante Mey

- Bien – asentí – lo felicito

- Recapacita mujer – me suplico Marcus desesperado

Yo lo observe en silencio.

- Contigo no se puede hablar – Nath elevo su voz con violencia

- Conmigo se puede hablar siempre y cuando no se pongan en el papel de juzgarme por esto – me levante de mi asiento desafiante – prepárense porque en un mes me caso

Dicho esto, Nath me observo furiosa, tomo sus cosas y desapareció golpeando la puerta detrás de ella. Todos observaron atónicos frente a esa situación, yo solo me encontraba en silencio también, pero sabiendo que todo lo que decían era verdad. Mi corazón estaba ausente frente a Sebastián. Y frente a estas personas se encontraba herido, partido en mil pedazos.

Amarillo - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora