.13. I. tercera temporada

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Narrado por María Emilia Luna

Abrí mis ojos lentamente cuando escuché el despertador sonar, el rostro de Isabella solo me dio paz. Me levante en silencio para bañarme y cambiarme, hoy era otro día escolar y debía despertarlos.

- Arriba, dormilones

Grite en el medio del pasillo para que Max y Alex me escucharan.

- Mama – grito Max - ¿No podemos faltar? – volteo su cuerpo y pego su cara nuevamente a la almohada

Camine hacia él y me tire encima de él, proporcionándole besos y cosquillas que hicieron que mis oídos solo se deleitaran de amor.

- Yo te ayudo mama – la voz de Alex aparecía dentro de aquella habitación y ambos comenzamos a molestar a Max para que se levantara

- Y después decíamos con tu padre que el flojo eras tú Alex – me dirigí a mi hombrecito más chico

- Se equivocaron, definitivamente – sonrió tan dulce

Reí y antes de desaparecer besé la coronilla de ambos obligándolos a levantarse rápidamente. Volví hacia mi habitación, me acerqué a Isabella que aun dormía plácidamente. Todavía no sabía que era lo que había pasado el día anterior, estuvo hasta tarde llorando, no podía ni siquiera decir palabra alguna más que el ruido de sus sollozos fuertes que hacían que mi corazón se hiciera trizas por no encontrar razón alguna para poder calmarla.

- Bella – susurre una vez a su lado – bella, es hora de ir al colegio

- No quiero mamita – susurro abriendo levemente sus ojos celestes

Fruncí el ceño, estos se encontraban apagados, tristes.

- Vamos bebe – suplique – papa vendrá a buscarte, ¿No quieres verlo?

Ella solo negó y sus ojos se tornaron rojos haciendo que se pierda aquel color hermoso de ellos. Nuevamente mi preocupación aumento, mi respiración se alteró al escucharla sollozar nuevamente contra la almohada.

- ¿Quieres que te lleve yo? – susurre, ella solo disminuyo su llanto y asintió

Algo me decía que había sucedido algo en el parque con Villa, pero que ni él se había dado cuenta. Bese su coronilla y la acurruque nuevamente en mi cama, quizás hoy ella podía quedarse y yo a su lado intentando averiguar qué era lo que la había angustiado tanto.

Baje las escaleras y prepare el desayuno para los niños, mientras ellos se dedicaban a saborear el rico plato de comida que había hecho para ellos, me senté a un lado de la mesa. La curiosidad de saber que le sucedía a Bella me carcomía la cabeza.

- Niños – llame su atención - quiero preguntarles algo – ambos asintieron - ¿Saben que le sucedió a Bella ayer en el parque?

Ambos se observaron y luego volvieron su vista a mí.

- No lo sé, ma – dijo Max – cuando nos dimos cuenta ella comenzó a llorar y a pedir por ti

Fruncí el ceño confundida.

- Ni siquiera dejo que papa le tomara la mano – Alex dijo luego de comer un poco de su fruta

Estaba por contestar, pero el timbre sonó, aun mas confundida camine hacia la puerta. Estaba intrigada por saber que le había sucedido a mi hija en ese lugar.

- Hola – sonrió tímido

- Ey – susurre y en mi rostro se formó una sonrisa

Aun podía ponerme nerviosa. Aun separados podía sentir el escalofrío característico que me producían sus ojos, me hice a un lado para que pudiera ingresar a casa.

Amarillo - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora