.39. tercera temporada

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Narrado por Juan Pablo Villamil

Abrí los ojos lentamente y en mi pecho, Mey se encontraba aun durmiendo abrazándome con fuerza. Sonreí levemente al observarla nuevamente a mi lado. Todo lo que había hecho había dado resultados positivos y eso me hacía sentir bien, ella me hacía sentir completo nuevamente.

Observe el living, no era agradable haber dormido en el sillón. Aun las flores se encontraban rodeándonos. Busque mi ropa con la mirada hasta que logre verla, lentamente moví a Mey para levantarme y tomar aquello que adornaba el piso del lugar.

Me vestí y subí las escaleras para buscar una manta para volver con Mey. La arrope y bese su mejilla con delicadeza, ella solo gruño levemente y volteo para continuar descansando haciéndome reír.

Tome mi teléfono y camine hacia la cocina para preparar el desayuno para dos.

Estaba que no me cabía en el cuerpo tanta felicidad. Volver a mi familia era lo que tenía que haber hecho hace muchísimo tiempo, pero creo que en este último tiempo todo lo que sucedió sirvió para madurar, para darme cuenta que mi vida no tenía sentido sin ellos, sin ella. Había llegado al punto de rendirme y al final, solo me estaba dañando a mí.

Mi teléfono comenzó a sonar, rápidamente lo tome antes de que Mey me aventara algo por aquel ruido molesto.

- Simón – susurre casi enojado - ¿te das cuenta la hora que es?

- Hola amigo, ¿Cómo estás? Bien ¿y tú? – bromeo sarcástico – sí, las casi diez de la mañana

- ¿Qué? – hable sorprendido y me separe del aparato para ver la realidad del horario actual

- ¿Recién despiertas, picaron? – bromeo y yo solo reí levemente

- Si – sonreí detrás de aquel aparato

- Eso quiere decir que hubo reconciliación – comento divertido, podía jurar hasta su cara diciendo esa frase

- Ya déjame en paz – rodé mis ojos

- Al final ¿Volvieron? – pregunto con gran intriga

- Si – sonreí

- ¿Te golpeo? ¿Te insulto? ¿Qué hizo?

- Nada – dije recordando lo de anoche, había pensado en todas las reacciones posibles de Mey, pero esa no la había tenido en mente – eso fue lo raro

- Te extraño – confirmo

- Sí, creo que si – susurre

- Espero que esta vez hagas las cosas bien Juan Pablo porque te matara, de verdad que lo hará

- Gracias amigo – rodé mis ojos – tu siempre alentándome

- De nada – hablo con diversión - Estoy feliz que estén juntos de vuelta

- Si yo también – murmure

- Escucha, tus hijos preguntan cuándo pueden volver a su casa

- Puedes traerlos cuando quieras – dije rápidamente, ya los extrañaba

- En una hora te los devuelvo – comento y corto

- Si, adiós Simón – comente sarcástico observando mi teléfono

Continúe haciendo el desayuno y cuando termine tome la bandeja para ir directamente hacia el living donde se encontraba durmiendo con tranquilidad Mey.

Fruncí el ceño al llegar, ya que ella no se encontraba en el sillón.

- ¿Mey? – la llame

Camine hacia el baño de la planta baja para ver si se encontraba ahí, pero no.

Amarillo - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora