Amarillo - Juan Pablo Villamil

.37. tercera temporada

Narrado por Juan Pablo Villamil

Abrí los ojos. Un nuevo día, un día miserable iba a ser hoy.

Sábado, diez de la mañana y yo me encontraba aun en la misma posición, en menos de una hora Mey se casaría con ese hombre y yo solo me encontraba aquí hecho un ente. No tenía fuerzas, no tenía ganas, perdí mis ansias de vivir. Quería ir corriendo a detenerla, decirle que aquí estaba y que todo lo que le dije y lo que le escribí fue una equivocación porque pensé que ella estaría mejor sin mí. Tomé mi teléfono y fruncí el ceño cuando vi varias llamadas de Simón, pero las deje pasar, no quería hablar con nadie.

Me bañe, me cambie y tome las llaves de mi auto, iba a salir de ahí. Mi departamento vacío me asfixiaba. Y si me quedaba el resto del día aquí, iba a terminar por suicidarme.

- Juan Pablo – me detuve en seco antes de ingresar al auto

Voltee lentamente y la observe de forma fija. Fruncí el ceño enojado

- ¿Qué haces aquí?

Ella solo bajo la mirada, pero de inmediato la levanto para posicionar sus ojos sobre mí.

- Solo quería pedirte perdón

- ¿Perdón? – fruncí el ceño - ¿Todavía tienes cara Lindsay, luego de lo que hiciste?

- Lo siento – su voz se quebró rápidamente

- ¿Por qué lo hiciste?

Espere unos minutos su respuesta, ansiaba entender porque se la ensaño así conmigo, a pesar de haberle roto el corazón.

- Porque quería que sintieras un poquito de todo lo que sentí cuando me rompiste el corazón – susurro

- Eso no es una respuesta razonable para todo el calvario que me hiciste pasar Lindsay – hable con demasiada seriedad

- Villa, de verdad, lo siento – murmuro – si no fuera porque Mey me hizo entrar en razón yo aún estaría diciendo la versión de que me golpeaste

Mi semblante cambio al escuchar su nombre. Mey siempre creyó en mí y sin embargo yo la aleje nuevamente

- Ella sabía que tú eras incapaz de lastimar a alguien, ella fue la que me suplico que dijera la verdad porque tú no merecías estar ahí

Me quede en silencio, no sabía que decirle. Solo escucharla hablar así de lo que Mey hizo por mi hacia que aumentara mis ganas de ir corriendo tras ella.

- Ella defendía tu inocencia a pesar de que con mi mentira presenté pruebas, Villa y me di cuenta que lo mucho que ella te ama y que nunca comprendí porque estaba celosa – se limpió las lágrimas de su cara – de verdad que tú eres todo para ella y sé que para ti también ella lo es, por eso te pido perdón por todo lo que te hice y lo que le hice a ella – suspiro – ustedes simplemente se merecen estar juntos, ustedes se merecen ser felices

Trague saliva, ella se merecía ser feliz. Eso era verdad.

- ¿Puedo preguntarte algo? – susurre

Ella asintió.

- ¿Quién te hizo esto?, ¿Quién te ayudo a montar todo?

Ella me observo con miedo por unos instantes.

- Linds, hay que encerrar a esa persona – suplique acercándome a ella – por favor

- No quiero que hagas nada – bajo su mirada – yo me mudare a otra ciudad así que no creo que sea de mucha ayuda

- Para mi si – trague saliva – Isaza me ha dicho que había alguien más involucrado intentando hundirme, por favor Lindsay, necesito saberlo

Ella solo suspiro y bajo su mirada al suelo.