.6. tercera temporada

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Una semana paso desde que nos habíamos separado. Una semana que los niños sufrían como yo cada vez que villa los arropaba y se iba cabiz bajo de nuestra casa. Tenerlo cerca era contraproducente para mi, pero no podía alejarlo completamente porque estábamos unidos por toda la eternidad con tres hijos que aún no eran capaz de entenderme, solamente preguntaban si ya no lo quería.

Lo amaba con todo lo que era, pero habían cosas que ellos no entenderían todavía. Nuestra historia había empezado a bases de mentiras y quizás, no era el momento de que supieran esa parte.

Termine de cambiarme, había elegido un vestido rojo largo al cuerpo. Planche mi cabello, y tenía un leve maquillaje para un evento donde estaban invitadas todas las revistas de moda. Suspire frente al espejo, estaba linda, pero sabía que para estar hermosa y radiante me faltaba el. Sin duda.

- Niños – camine por el pasillo

- Mami, te encuentras muy linda, como si fueras una princesa – sonrió dulcemente Bella

Tenía la sonrisa más hermosa del mundo entero y era la de Villa, de eso estaba totalmente segura.

- Gracias mi amor – besé su coronilla – ustedes dos – dije señalando a mis dos príncipes, fruncí el ceño divertida

- Estas hermosa – comento Max

- Una diosa, mama – me guiño el ojo Alex

Solo reí. Mis hijos estaban un poco locos, pero eran increíbles.

- Ustedes son unos sin vergüenzas – bromee – bien, quiero decirles que papa vendrá a cuidarlos

- Si – gritaron los tres emocionados, yo solo reí

- Ya saben cuáles son las normas – hable poniendo orden

- A papa le vendría bien que le recuerdes un poco las normas – bella me sonrió con ternura

- Ese hombre los corrompe – rodee mis ojos con diversión

El timbre sonó y mi nerviosismo comenzó a aumentar.

- Creo que ahí vino, ya saben – volví a hablar de forma firme frente a las normas de la casa

Los niños salieron corriendo escaleras abajo mientras que yo caminaba a la habitación para colocarme un poco de perfume, tomar mi abrigo y mi bolso.

Me observe una vez más en el espejo y decidida baje a la planta baja. Seguí las voces de mis pequeñas sanguijuelas hasta la cocina, se encontraban guardando el helado que su padre les había traído para ellos.

- No van a poder – hablaba con risa apoyado en la isla de la cocina

- Si vamos a poder – Max comenzó a desafiarlo

- Necesitan ser más altos – bromeo nuevamente Villa

- Como que tú eres un rascacielos – lo interrumpí de forma sarcástica

Este volteo rápidamente dejando de lado lo que estaban haciendo los niños. Quedo estático, sin moverse, sin decir ni una palabra. Sus ojos solo me escaneaban de arriba abajo y yo frente a su mirada no me negaría ni un solo minuto por ser observada. Sentí el escalofrío característico frente a su presencia. Me tome el atrevimiento de hablar antes de que sea demasiado tarde y caiga rendida a sus pies.

- Creo que es momento de irme

- Si, claro – balbuceo sin dejar de observarme

Camine unos pasos hacia la puerta de entrada, pero recordé decirle algo que voltee rápidamente para chocarme con su pecho fornido. Levante mi vista temblorosa, sus ojos verdes eran los más hermosos que había visto en años.

Amarillo - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora