.48. II . tercera temporada . FINAL

866 61 90
                                    

Me adentre a la iglesia saludando a todos los que me ponían sus ojos encima. Nervioso y a la vez emocionado me acerqué a Charo, Judith y Dulce que se encontraban hablando animadamente de quien sabe que tema, por sus piernas pude divisar una cabellera rubia con un vestido rojo, mis ojos se encontraron con los suyos. Ojos celestes igual que su madre, su sonrisa pícara me enterneció el corazón. Me puse de cuclillas para abrir mis brazos y recibir a Isabella con un abrazo.

- Papito, estas muy lindo – abrazo mi cuello mientras besaba mi mejilla – pareces un príncipe

- Y tú te encuentras muy hermosa, princesa – sonreí

- Mama eligió el vestido – se alejó de mi para observarlo

- Lo sé, porque yo también lo elegí – guiñe mi ojo, ella solo rio y me abrazo

- Hola cuñado

Dulce se acercó a mí, junto a Charo y Judith, las tres besaron mi mejilla

- te ves súper guapo

- Gracias – sonreí victorioso – espero que la novia piense lo mismo

- Mi hermana esta loquita por ti, si te pones una bolsa de consorcio en la cabeza, para ella estarás hermoso igual – bromeo Judith

Reí arrugando mi nariz, me había causado ternura saber que Mey pensaba que era hermoso aun en los momentos en los que era un ser horrendo. Amaba con locura a esa mujer y sabía que nadie me iba a querer de esa manera tan única que tenía ella.

Baje a Isabella para tomarla de su pequeña mano y caminar hacia mi puesto, esperando a la novia. Estaba ansioso por verla al fin, quería que terminara todo así poder llevármela conmigo y solo estar los dos. Hoy era nuestra noche de bodas y mis adorables hijos, como siempre, terminarían en la casa de sus tíos.

Agradecía de tener esta familia y que amaran tanto como yo a esos demonios, así también tenía tiempo de poder cumplir con el deseo de mis hijos en tener otro hermano. Tener una familia numerosa siempre había sido mi deseo y ahora que mis hijos lo pedían, no podía negarme.

Los minutos pasaban y ninguna señal de las chicas, ni de Mey. Ya me estaba preocupado.

- Tranquilo galán – Simón me alentaba – no te dejara plantado aquí

- Tendría que haber estado aquí hace cinco minutos ¿Y si le sucedió algo y yo aquí esperándola? – lo observe preocupado

- No lo creo – tomo su teléfono mientras miraba si había alguna señal – Nath me lo comunicaría, sucedería lo mismo con Isaza, ya llegaran

Suspire asintiendo rendido, Simón tenía razón Mey no me dejaría plantado aquí porque si no me lo diría antes de dejar que sea un ridículo muñeco de tortas frente a todas estas personas.

Abrí mis ojos cuando Nath, Lucy y Marcus ingresaron a la iglesia, eso significaba que Mey ya estaba aquí. Me acomode la corbata nervioso mientras que veía a mis amigos acomodarse en sus lugares.

- Mey está en camino – Nath comento cuando estuvo frente a mí, fruncí el ceño – me mandó un mensaje de que ya venía, no sé a dónde se fueron con Flor – movió sus hombros

Voltee mi vista a Simón que me observo con la misma preocupación que yo sentía en estos momentos. Camine fuera de la iglesia con mi teléfono en mano, ¿A dónde se iría ahora que estábamos a punto de casarnos?

- Hola – escuche su voz del otro lado del teléfono

- Hola amor, ¿Dónde te encuentras? – preocupado pregunte

- Estoy llegando – dijo rápidamente

- ¿estás bien?, No te estas arrepintiendo, ¿verdad? – estaba nervioso

Amarillo - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora