- Villa
Marcus abrió sus ojos con sorpresa al verme luego de tanto tiempo. Hice una mueca de sonrisa, ni siquiera recordaba como se hacía eso.
- Hola ¿Cómo te encuentras?
- Bien, ¿y tú? – pregunto algo afligido
- ¿debo responderte?
- Déjalo así – susurro entendiendo - quieres ver a Mey, ¿verdad?
- Si
- Se encuentra en su oficina – señalo la puerta de madera
Asentí levemente y con nerviosismo caminé a su puerta. Toque la puerta un par de veces esperando que su dulce voz me dejara ingresar, pero sin embargo el silencio fue la respuesta a mis deseos. Viré mis ojos a Marcus, con el ceño fruncido. Volví hacia la puerta y la abrí.
Preste atención a mi alrededor hasta que logre dar con Mey. Se encontraba en el suelo, desmayada. Me acerque a ella a pasos apresurados para tomarla en mis brazos y camine hacia el sillón recostándola para poder despertarla.
- Marcus, trae algo con alcohol – ordené desesperado – Mey – comencé a moverla, pero ella no me respondía – Mey, por favor
- Aquí esta
Tome rápidamente la botella y la puse en su nariz intentando que aquel olor fuerte ingresara en sus fosas nasales y que automáticamente reaccionara. Ella solo frunció el ceño por aquel liquido fuerte y sentí mi alma volver al cuerpo.
Parpadeo levemente, sus ojos celestes se encontraban cansados. Debajo de estos tenían unas grandes bolsas de color morada, las ojeras se habían potenciado en este último tiempo.
Ella me observo unos minutos, sentí mi cuerpo temblar. Tomo su cabeza e intento acomodarse en aquel sillón, pero simplemente no pudo.
- ¿quieres sentarte? – susurre preocupado, esta solo asintió
Le pase la botella a Marcus y la ayude a que se sentara mejor en aquel sillón. Inhalo con fuerza y exhalo antes de observarme con decaimiento.
- ¿Qué sientes?
- Me encuentro muy cansada – susurro, su voz se escuchaba sin fuerza – y me cuesta un poco respirar
- Iremos a ver a Martin, ahora mismo
(...)
La observe detalladamente en una punta de aquel consultorio, Martin la examinaba minuciosamente, se encargaba de saber que síntomas presentaba exactamente. Se encontraba más delgada, demasiado pálida, su cabello no se encontraba brilloso como antes y su piel sin brillo.
Algo no andaba bien con ella.
Tome mi cabeza unos minutos, por mi mente solo viajaba la culpa. ¿Cuándo iba a dejar de ser tan pendejo y empezaría a recuperar lo que amaba?, ¿Cuándo iba a darme cuenta de que de verdad no quería perderla y que la amaba tanto? La culpa solo era porque no pude hacer nada para evitar que ella estuviera aquí, así tan frágil y yo seguir siendo un imbécil a su lado.
- Te hare unos análisis
- ¿Por qué? – fruncí el ceño interrumpiendo su conversación con Mey
- Quiero confirmar lo que sospecho
Martin tomo la mano débil de Mey para ayudarla a bajarse de la camilla. Ni siquiera se podía mantener en pie, por cada paso que daba se rompía. La había traído hasta aquí como si fuera un bebe. Eso era más que preocupante.
- Espera – dijo antes de que Mey intentara caminar – iré por una silla de ruedas, cuídala unos minutos
Asentí y me acerqué a ella, mientras que mi amigo desaparecía. Mey me observo una vez que estuve a su lado y en silencio escondió su rostro en mi cuello. Yo solo tuve el impulso de abrazarla, de protegerla y de cuidarla. Bese su coronilla, no me había dado cuenta de cuanto extrañaba sentir su calor. No me había dado cuenta de cuan vacío me sentía, hasta ahora que la tenía así conmigo.
ESTÁS LEYENDO
Amarillo - Juan Pablo Villamil
FanfictionEstoy perdida, vivo anclada casi como un pájaro a su cielo azul (T'estimo) Amarillo: me tienes en los bolsillos Primera temporada Segunda temporada Tercera temporada Todos los derechos reservados. QUEDA PROHIBIDA su copia u adaptación de cual...