𝙏𝙊𝙆𝙔𝙊 𝙍𝙀𝙑𝙀𝙉𝙂𝙀𝙍𝙎 - ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ

𝙷𝚊𝚗𝚖𝚊 𝚂𝚑𝚞𝚓𝚒

·Woman - Doja Cat·
Female Reader

Rodé los ojos, harta de la compañía de mi hermano. A penas me prestaba atención y yo tenía ganas de acción.

Ahí fue cuando lo vi. Un chico enorme, caminando hacia nosotros con una sonrisa.
Caminaba muy confiado, balanceando sus brazos a sus lados, dejando ver sus manos tatuadas. Sus ojos resaltaban mientras los posaba en mí. Parecía un dios y yo quería ser su diosa.

—Oi, Kisaki, no sabía que tenías compañía —dijo con una sonrisa.

—Es mi hermana, Hanma. Se llama [Tn].

Desvió la mirada de nuevo hacia mí y me fijé en su uniforme, tenía el mismo que el de mi hermano, negro con letras doradas.

—¿También eres de la ToMan?

—Por poco tiempo, ¿vamos? —preguntó, mirando a Tetta.

—Claro. Ven, [Tn]. No te dejaré sola.

Bufé y comencé a caminar tras ellos. Ellos hablaban de cosas importantes, así que no presté atención.

Pronto, escuché unos motores y unos moteros de una pandilla aparecieron, acorralándonos en un callejón. No teníamos salida.

—¿Eres Kisaki Tetta? —dijo uno de los chicos.

—Si —dijo el rubio, luego miró a Hanma—. Llévate a mi hermana.

—¿Dónde?

—Solo protégela y mantenla a salvo —dijo antes de adelantarse.

Hanma caminó hacia atrás agarrando mi muñeca y me dejó antes de que arremetiera contra uno de los chicos. No reconocí el uniforme de la pandilla, pero seguro que se la tendría jurada a la ToMan.

Me sorprendí al ver que era bastante fuerte, se encargó de algunos chicos y se dio la vuelta para verme.

—¡Cuidado!

Sentí un brazo sobre mi garganta y me empujaron hacia atrás, levantándome del suelo. Acabé en el aire, luchando por respirar.
Agarré el brazo de mi atacante e hice fuerza, lanzándole contra el suelo. 

Mientras algunos chicos iban por el bicolor, comencé a atacar a otros, dejándoles en el suelo. 
Al final, dejé inconsciente a más de la mitad.

—Creí que me dijiste que la pusiera a salvo —dijo Hanma, mirando a mi hermano—. Al final, ella nos ha salvado.

—Eso ha sido peligroso, [Tn].

—Yo creo que ha sido impresionante —me defendió Hanma.

Miré a Hanma y le sonreí.

Pasaron unos días en los que vi seguido a Hanma, se pasaba a veces por mi casa con la excusa de hablar con Tetta, pero apenas le dirigía la palabra, solo hablaba conmigo.

Ahora estaba en mi cuarto, tumbado en el suelo mientras ojeaba uno de mis mangas. 
La puerta se abrió de pronto y me sorprendí, dejando caer el libro de matemáticas con el que estudiaba.

—¿Ha sido cosa tuya, Hanma?

—¿De qué hablas? —dijo sin apartar la vista del manga.

—Has entrado en la ToMan bajo mi supervisión. Estás en la tercera división —dijo mirándome.

Me quedé en blanco durante unos momentos, ¿era en serio?

—Puede, pero ella es fuerte. Nos servirá —respondió a su pregunta.

El rubio se fue hecho una furia. Shuji se levantó y dejó el manga a mi lado.

—Bueno, fui yo el que le dijo a Mikey que valías la pena. A partir de ahora estaré ahí por ti, porque estás en mi equipo, chica.

¿Acaso estaba bromeando? No, sonaba jodidamente honesto.

Me dejó sola en mi habitación, luchando con los pensamientos que tenía ahora mismo.

Parecía ser cierto, ya que al día siguiente me buscó un chico en mi escuela para tomarme medidas de mi nuevo uniforme.
Todo se hizo más real en mi primera reunión.

Apenas me dieron atención, pero era emocionante estar allí.
Cuando terminó, Hanma me llevó en su moto, ya que mi hermano se quedaría con los líderes un rato más.

Sin embargo, no me llevó a casa.
Nos quedamos sentados sobre los columpios de un parque, hablando sobre cualquier cosa.

—Solo digo que podrías serlo —rió antes de tomar una calada a su cigarro—. Quiero decir, podrías ser la líder de la división.

—¿Crees que lo haría mejor que mi hermano?

—Definitivamente —sonrió.

Comenzamos a columpiarnos levemente hasta que competimos por ver quién llegaba más alto.
Hanma casi se cae y comencé a reír mientras volvía a permanecer quieta sobre el columpio.

—Deja de reírte de mí —agarró las cadenas del columpio y me acercó a él—. Deja de reírte de mí —esta vez, su voz fue más profunda, me hizo contener el aire. Además, estábamos bastante cerca.

Miré sus labios por un momento.

—Sé lo que necesitas.

—¿Y qué es? —susurró, aún en la misma posición.

—Déjame ser tu mujer, necesitas el toque de un mujer...

Deslicé mis dedos por su mejilla y posé mi mano en ella.

Él no respondió, solo se quedó mirando a mis ojos.

—¿No puedes corresponder? —pregunté, apartándome un poco de él.

Enseguida agarró mi cintura y me levantó, empujándome hasta quedar frente a él.
De un último tirón me sentó sobre él y me besó rudamente.

Su lengua se coló en mi boca mientras sus manos recorrían mis caderas.

—Tienes un sabor delicioso —dijo sonriendo—. Podría volverme adicto.

Sus manos no se apartaron de mi cintura mientras nos levantamos.
Fuimos a su moto y me llevó a casa, ya que se hacía tarde.

Caminaba hacia la puerta cuando me agarró de la cintura y me pegó a él.

—¿No te despides, [Tn]?

Dejó un beso casto sobre mis labios y se marchó con una sonrisa. Mis piernas temblaron al ver su mirada pícara.
Ese chico me haría perder la cordura.