𝙏𝙊𝙆𝙔𝙊 𝙍𝙀𝙑𝙀𝙉𝙂𝙀𝙍𝙎 - ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ

𝚂𝚑𝚒𝚗𝚒𝚌𝚑𝚒𝚛𝚘 𝚂𝚊𝚗𝚘

·The one that got away - Katy Perry·
⚠️SPOILERS DEL FINAL DEL MANGA⚠️
Female Reader

"Recuerdo del día en que le conocí, fue en verano, después de haber terminado el instituto.
Mi hermano invitó a sus nuevos amigos a casa. Primero entró aquel chico de pelo blanco y con cara de pocos amigos, luego el de la cicatriz en la cara. Por último entró él. Iluminó la estancia solo con su presencia.

Un chico alto, aunque no tanto como mi hermano, y de pelo negro. Como complemento de esa cara angelical tenía una bonita sonrisa que le daba un poco de brillo a sus ojos oscuros.

—Ella es mi hermana [Tn] —comentó Keizo, pasando de largo mientras caminaba a su habitación.

Todos fueron pasando y dedicándome una sonrisa respetuosa. Cuando llegó el pelinegro me sonrió amable.

—Encantado de conocerte, [Tn].

Luego sacudió su mano para despedirse y se adentró en el cuarto de mi hermano. Me dejó sonrojada y algo aturdida, era como si hubiera presenciado algo increíble, poco después comprendí que él era increíble. 

Shinichiro se encargaba de sus dos hermanos pequeños junto a su abuelo desde que murieron sus padres. Además, consiguió unir a mi hermano y a Wakasa, que se odiaban a muerte, para formar una pandilla.

Siempre intentaba colarme cuando se reunían los cuatro, para poder ver a Shin. Él insistió en que le llamara así, y a mí me encantaba ese apodo. 

Una de esas veces que quedaron, subieron a la azotea de nuestra casa para tomar algunas cervezas y pasar el rato.

—Por favor, solo quiero estar con vosotros, ni siquiera voy a beber.

—Ya te he dicho que no, pesada.

—Benkei, déjala subir a la azotea, ya pasa la mayoría del tiempo con nosotros —me defendió Waka, luego pasó por mi lado—. Y sé exactamente por qué —susurró mientras miraba a Shin, quien se acercaba con unas bolsas.

—¿Vamos? —dijo el pelinegro cuando llegó con nosotros, seguido de Takeomi.

—Tsk, vamos. Coge algunas bolsas, [Tn].

Wakasa y Benkei se adelantaron con algunas sillas para ponerlas en la azotea y Takeomi les siguió. Me acerqué a Shin, quien estaba cargando todas las bolsas, y le miré mientras intentaba que ninguna se cayera.

—Dame algunas o acabarán en el suelo —reí.

—No hace falta, yo puedo —dijo cogiendo dos bolsas más del suelo. Su brazo estaba lleno de bolsas con litros y litros de cerveza. Dios, ¿cuánto iban a beber?

—Te vas a lesionar.

—¿No crees que sea fuerte?

—Por lo que me cuenta mi hermano, la fuerza no es algo que destaque en ti.

Me miró mal y yo reí.

—Bueno, ya te he dicho que puedo.

—Déjame ayudarte —sonreí.

—No —su tono me recordó a un niño pequeño.

Cuando ya cargó todo subió corriendo las escaleras hacia la azotea antes de que yo replicara.

—¡Shin! ¡Eres un...!

—¡Vamos, dilo! —rio y paró un momento mientras me decía eso, mirando hacia abajo, donde yo le seguía.