𝙺𝚊𝚠𝚊𝚛𝚊𝚐𝚒 𝚂𝚎𝚗𝚓𝚞

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·Thot Shit - Megan Thee Stallion·
Female Reader

Era el primer día de un nuevo curso y caminé hacia la escuela, mirando al frente y totalmente segura.

Esa mañana me sentía bien y se notaba. 

Paré en algunas tiendas con escaparates de cristal para ver mi reflejo. La falda de mi nuevo uniforme me quedaba bien, aunque casi siempre iba con pantalones, hoy me sentía cómoda.

Llegué a la puerta de la escuela y escuché unos gritos a mis espaldas.

—¡[Tn]-chan!

Me giré y vi a mi mejor amiga, Senju. 

—Hoy te veo bien —dijo con una sonrisa, cerrando sus ojos.

Ella siempre me había apoyado y se sintió orgullosa al verme por fin confiada.

Las clases no me bajaron el ánimo y, a la hora de la comida, caminamos por los pasillos hasta llegar al comedor.

—Creo que esas chicas estás hablando de ti, ¿quieres que-?

—Tranquila. Me importa un carajo lo que hablen a mis espaldas, porque saben que es mejor que no las oiga.

Ella sonrió orgullosa y las risas de las chicas pararon.

Después de la comida, aún seguía encendida. Esa mañana no sabía que me ocurría, pero era una nueva yo. Quería plantar cara a las chicas que me habían molestado estos años de escuela.

Las encontré de nuevo a las tres en mi salón de clases al terminar el día, fueron ellas las que se acercaron a mí cuando no había nadie más en la sala.
Yo iba sola, ya que Senju debía venir a mi aula para ir juntas a la salida.

—Hemos oído lo que has dicho antes.

—¿Acaso nos llamaste perras?

—¿No dijeron que me escucharon? Deberían saberlo —sabía que no lo había dicho, pero igualmente me enfrentaría a ellas.

La chica que estaba en medio puso las manos en sus caderas y se acercó lentamente a mí.

—¿Por qué actúas así? ¿Piensas que engañas a alguien cambiando un poco tu personalidad?

Entrecerré los ojos y miré a sus amigas.

—¿Por qué vienen ellas? ¿Te están apoyando o es que me van a atacar?

—Estás muy habladora —me provocó—. El año pasado no eras así, perra.

Di un paso hacia adelante y ella se sorprendió.

—Voy a seguir hablando todo lo que quiera.

Ella me empujó y agarró mi cabello para golpear mi cara contra la mesa del profesor.

—¡¿Qué mierda haces?!

Senju apareció por la puerta y agarró a la chica para apartarla de mi lado.
Me levanté y me apoyé en la mesa para mirarla. Senju se acercaba a la chica hasta acabar frente a ella.

—Mira, ni siquiera voy a discutir con una zorra.

Al momento aparecieron unos profesores y nos llevaron hacia el despacho del director.

Finalmente, el director expulsó a la chica una semana por agredirme y las otras solo se llevaron una reprimenda.

Me llevaron a la enfermería, ya que mi ojo comenzó a ponerse morado por el golpe.
Allí me dieron algo de hielo para la inflamación y una pomada para que me pusiera en casa.

Senju estaba frente a mí, paseando de un lado a otro. Me ponía nerviosa verla así.
Salió un momento y volvió a los pocos segundos con una botella de agua que me tendió.

—Bebe de la maldita botella, idiota.

La cogí y bebí un trago.

—¿Cómo se te ocurre meterte en una pelea?

—Ellas lo buscaban y yo quería hacerles frente. No quería huir más, Senju.

—Ha sido muy irresponsable —dijo, cruzándose de brazos.

—Tú también peleas, incluso eres la líder de una pandilla.

—Eso es diferente, yo sé luchar.

—Y no quieres enseñarme —dije enfadada, subiendo un poco mi tono de voz.

Ella me miró con el ceño fruncido.

—Porque no quiero que acabes así —dijo señalando mi mano, que sujetaba el hielo contra mi ojo y mejillas golpeados.

Me levanté y me puse frente a ella. La miré a los ojos y pensé unos segundos en lo que iba a hacer.

Me había prometido a mí misma cambiar, ser más sincera conmigo misma y con los demás, sin importar lo que pasase. Quería poder sentirme bien y es lo que haría.

Llevaba guardando este secreto durante años.
Caí en el cliché de enamorarme de mi mejor amiga.

Al tenerla tan cerca y con la adrenalina corriendo por mis venas, no pude evitarlo. 
Ella estaba hablando de lo peligroso que había sido lo que hice y las consecuencias que podría haber traído cuando la agarré de los hombros.

—Me gustas —la interrumpí.

Ella parpadeó, algo sorprendida por esa confesión tan repentina.
No esperé más y la atraje hacia mí, dejando un pequeño beso en sus labios.

La solté y me alejé un paso, que ella acortó cuando agarró mi camisa y me acercó a ella para besarme de nuevo.

Me quedé sorprendida, creí estar en una nube al notar sus labios moverse sobre los míos.
Sus manos bajaron hasta mi cintura y me pegó más a ella.

La bolsa de hielo cayó al suelo y la abracé por los hombros.

Cuando escuchamos unos pasos, nos separamos rápidamente. 
La enfermera entró y nos dijo que podíamos marcharnos ya, nuestros padres nos esperaban en la salida.

De camino, ella agarró mi mano y besó mi mejilla.

—Me alegro que te atrevieras a besarme —dijo con una sonrisa.

—¿Quieres.... ser mi novia? —dije mirándola a los ojos.

—Claro que si. Te presumiré lo suficiente, amor —dijo antes de besarme de nuevo.

𝙏𝙊𝙆𝙔𝙊 𝙍𝙀𝙑𝙀𝙉𝙂𝙀𝙍𝙎 - ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora