𝙼𝚒𝚝𝚜𝚞𝚢𝚊 𝚃𝚊𝚔𝚊𝚜𝚑𝚒

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Parte 1/2
Male Reader

No me creo que esto me pudiera estar pasando hoy.

Después de un día bastante duro en el trabajo, quería llegar a casa y relajarme, pero apenas entré, en el suelo del pasillo había una araña. No exageraba si decía que era más grande que mi mano. Bueno en realidad si exageraba, pero le tenía pánico a las arañas.

Me quedé unos segundos pensando en qué hacer. Si me iba y volvía más tarde, no podría dormir pensando que podría seguir por mi casa, o incluso en mi cama. Pero por supuesto no iba a acercarme a ella.

Mis pensamientos se detuvieron cuando escuché unos pasos. Un vecino se acercaba, quizá podía pedirle que... Oh no.
Era Mitsuya quien se acercaba, el sexy vecino que vivía frente a mí. Me daba mucha vergüenza pedirle ese favor, pero cuando me saludó me preguntó qué hacía en el rellano.

—Bueno, yo... 

Miré al pasillo de mi casa y vio la araña.

—¿Te da miedo? —preguntó y asentí—. No pasa nada, puedo sacarla de tu piso. Estoy acostumbrado, cuando cuidaba a mis hermanas siempre me encargaba de los insectos que entraban en casa.

Me pareció muy tierno. Él entró a su piso y salió con un tarro de cristal y un trozo de cartón.
Pasó por mi lado se acercó al insecto. Pude notar que tenía aprehensión por la araña, pero aún así me ayudó, cosa que agradecí mucho. 

Puso el tarro sobre ella y cuando la tuvo atrapada pasó por debajo el cartón. Luego lo levantó y quedó atrapada. Se acercó a la ventana del rellano y levantó el tarro mientras volcaba un poco el cartón sobre una rama de árbol que había junto al edificio.
Cuando el animal se fue, se dio la vuelta y me sonrió.

—Muchas gracias de verdad, estaba apunto de mudarme.

—No es nada —sonrió—, no querría a otro vecino.

Y con esa frase en mi mente nos despedimos y le agradecí de nuevo.

La verdad es que algo en mí despertaba cada vez que le veía. Era un pequeño crush con el vecino que seguro no acabaría en nada, pero esa frase me hizo sonreír incluso unas horas después, le gustaba que yo fuera su vecino... Y n quería a otro...

Al día siguiente, decidí agradecérselo otra vez llevándole algo de comer, aunque sobre todo era para verle de nuevo.
Así que cuando me desperté, me puse manos a la obra y le hice unos dulces típicos que mi abuela me enseñó a hacer de pequeño. Los coloqué en un plato y crucé el rellano. Toqué a la puerta un par de veces, pero justo cuando me iba a dar la vuelta para irme a casa, escuché unas risas por detrás. 

Mitsuya iba con dos chicas del brazo, riendo y charlando mientras se dirigían a su casa. Por un segundo me puse celoso. Mitsuya al verme sonrió.

—Hola, [Tn]. ¿Querías algo? —preguntó al verme junto a su puerta.

—Si... Te traía unos dulce para agradecerte lo de ayer...

—No hacía falta —se sonrojó un poco y miró a otro lado—. Oh, estas son mis hermanas, Luna y Mana. Han venido de visita un par de días.

—Hola, un placer —saludé. Que tonto había sido al sentir celos. 

—Hola —dijo la mayor con una sonrisa—, me encanta tu pijama.

Mierda, no me había cambiado y llevaba un pijama ridículo y todo manchado tras haber cocinado. Me morí de vergüenza.

—Gracias... Bueno, yo eh... debo irme —le di el plato a Mitsuya y me despedí de todos.

𝙏𝙊𝙆𝙔𝙊 𝙍𝙀𝙑𝙀𝙉𝙂𝙀𝙍𝙎 - ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora