𝙷𝚊𝚒𝚝𝚊𝚗𝚒 𝚁𝚒𝚗𝚍ō🔥

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⚠️Smut (sexo explícito)⚠️
Son mayores de edad
Male Reader

Rindō adoraba pasar tiempo conmigo, incluso si ambos estábamos haciendo cosas diferentes, por eso le invité esta tarde a mi casa.

Llegó a mi universidad un poco antes de que terminaran mis clases para llevarme a casa y así pasar la tarde juntos.
Fuimos a mi habitación y nos sentamos en el centro, donde había una mesa baja para hacer las tareas, ya que me resultaba más cómodo.
Comencé a hacer mis cosas poco después de llegar mientras Rindō estaba delante de mí, leyendo uno de mis mangas mientras escuchaba música en sus auriculares. Estaba tumbado sobre el suelo, apoyando su cabeza en un cojín.

Yo me levanté para ir a por algo de beber y cuando volví, vi a Rindō tumbado con la camiseta algo levantada, dejando ver un poco de su tatuaje.
Echó la cabeza para atrás y se estiró, pasando las manos por su pelo y luego mirando hacia arriba con una sonrisa, quitándose las gafas.

—¿Cómo vas? —me preguntó.

—Bien, ya casi he terminado.

Moví mis cosas para ponerlas frente a él. Luego me senté sobre su regazo y apoyé los codos en la mesa, siguiendo con lo mío.

—¿Buscas algo poniéndote así? —se incorporó y susurró aquello a mi oído mientras acariciaba mi cintura por debajo de mí camiseta.

—No lo sé, ¿acaso te molesta? —sonreí y me moví un poco, casi rozando su entrepierna.

—En absoluto—sonrió y volvió a tumbarse—, pero si sigues por este camino no vas a acabar tu tarea.

Sonreí, y seguí escribiendo en el portátil.
De vez en cuando movía mis caderas para provocarle. Pronto dejó sus cosas de lado y agarró mi cintura para guiar mis movimientos.
Ya notaba algo duro bajo mi cuerpo mientras Rindō suspiraba y seguía moviéndome.

Él se incorporó y apoyó su cabeza en mi espalda mientras llevaba sus manos hacia adelante, llegando a mi entrepierna.
Bajó y subió su mano sobre mi miembro, haciendo que dejara escapar un par de gemidos.
Yo seguía sin parar hasta que me giré un poco y le miré a los ojos.

—La quiero dentro —dije, saltando sobre él suavemente.

Me levanté un segundo para quitarme los pantalones y la ropa interior para luego volver a sentarme, de espaldas a él, no sin antes coger el lubricante que estaba junto a mi armario.
Apoyé mis manos en la mesa mientras él sacaba su miembro y lo acercaba a mí.
Esparció algo de lubricante con su punta y luego empujó.

Yo me fui sentando poco a poco y marqué el ritmo, haciendo que Rindō no pudiera controlarse.

—Aah... Aaah, [Tn]...

Yo sonreí y fui un poco más rápido.

—Joder, más lento —se incorporó tras unos minutos y agarró mi cintura—. No quiero acabar todavía.

Ahora fue él quien marcó el ritmo, dando estocadas desde abajo.
Yo hacía rato que había dejado de lado mis libros, pero ahora intentaba agarrarme a algo con mis manos, Rindō estaba dando justo en el punto y estaba a nada de correrme.

Sin embargo, paraba unos segundos antes para acariciar mi piel y tras unos minutos seguía con las embestidas. Así una y otra vez hasta que acabé desesperado y volví a saltar sobre él, ansiando mi orgasmo.
Mis piernas estaban cansadas, pero no quería parar.

De pronto escuché la puerta principal abrirse.

—¿[Tn]? Ya llegué, ¿estás por aquí?

Paramos de inmediato al escuchar la voz de mi hermana.
Me levanté rápidamente y me puse mi ropa.

—Ve al baño, corre —le dije y él obedeció—, y métete en la ducha.

Poco después escuché el agua correr y yo me senté en el suelo, frente a mi tarea, justo a tiempo, ya que mi hermana abrió la puerta de mi habitación.

—Hola, ¿quién está en tu baño?

—Rindō, ha venido a pasar la tarde conmigo, pero apestaba después de ir al gimnasio, así que le he dicho que puede utilizar mi ducha.

Nunca había formado una mentira tan rápido.

—Salúdale de mi parte —sonrió—. Bueno, me voy ya.

—¿Te vas?

—Si, he quedado con mis amigas, vendré después con la cena, ¿Rindō se queda a dormir?

—Si —respondí.

—Bien, traeré comida para los tres. Tened cuidado.

—Adiós, te quiero.

Apenas escuché la puerta cerrarse de nuevo esperé unos segundos para entrar al baño.
Rindō estaba dentro de la ducha mientras atendía a su miembro. Cuando me vio me invitó a entrar con él, cosa que hice tras quitarme de nuevo la ropa.

—Ya se ha ido, tenemos la casa sola de nuevo —susurré antes de besarle.

Mientras nos besamos con ganas, él me acorraló contra la pared y levantó una de mis piernas para pasar su miembro por mi entrada. Entró de una vez y me dio una pequeña punzada en la zona, pero pronto me dejé llevar por el creciente placer.

—Aah, Rindō...

Yo abracé su cuerpo y arañé su espalda por el placer. Mis manos subieron hasta su pelo y enredé mis dedos allí mientras él seguía embistiendo, esta vez un poco más rápido.

Escuchaba sus suspiros contra mi cuello, sentía sus dedos clavándose en mi piel mientras seguía con sus movimientos, sentía también su otra mano subiendo por mi abdomen hasta mi cuello, el cual agarró para acercarme a él. Y todo esto me hacía sentir muchas cosas a la vez, no solo físicas.

De pronto paró y bajó mi pierna. Salió de mí y restregó nuestros cuerpos a la vez que me besaba. Poco a poco me dio la vuelta, apoyando mi pecho en la pared, y volvió a entrar en mí lentamente.

Nuestros gemidos se mezclaban mientras intentaba aferrarme a algo, estaba sintiendo el orgasmo cada vez más cerca y no podía soportarlo más.
Al final acabé arqueando la espalda mientras eyaculaba, alzando mi cabeza y cerrando los ojos a la vez que soltaba un último y largo gemido.
Rindō siguió un poco más hasta que terminó sobre la parte baja de mi espalda.

Nos quedamos respirando con dificultad unos segundos hasta que pudimos movernos de nuevo.
Nos duchamos y, unos minutos después, volvimos a la habitación. Yo seguí haciendo mis tareas y él leyendo el manga.

Cuando cayó la noche, mi hermana volvió con la cena, había comprado nuestro restaurante de ramen favorito.
Minutos después, los tres cenábamos juntos en la sala.

Me gustaba ver lo bien que se llevaban mi hermana y mi novio. Ellos eran lo más importante en mi vida.

𝙏𝙊𝙆𝙔𝙊 𝙍𝙀𝙑𝙀𝙉𝙂𝙀𝙍𝙎 - ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora