𝙏𝙊𝙆𝙔𝙊 𝙍𝙀𝙑𝙀𝙉𝙂𝙀𝙍𝙎 - ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ

𝙼𝚒𝚝𝚜𝚞𝚢𝚊 𝚃𝚊𝚔𝚊𝚜𝚑𝚒 𝚡 𝚂𝚑𝚒𝚋𝚊 𝙷𝚊𝚔𝚔𝚊𝚒

·Perfect - Ed Sheeran·
Narración en tercera persona
Si no te gusta el ship, solo pasa el capt 💕

El joven diseñador llegó a la puerta de la habitación 316 del hotel donde se hospedaba durante su desfile en Kanagawa.
Esa habitación no era suya, pero se pasó para visitar a su amigo de la infancia y su modelo, Hakkai.

La puerta se abrió poco después, dejando ver a Yuzuha.

—Buenas noches, Mitsuya-kun.

—¿Cómo está Hakkai?

—Algo mejor, ¿te importaría cuidarlo esta noche? Estoy agotada.

—Claro, no hay problema. Descansa.

Se despidió de la chica y entró en la habitación, quitando sus zapatos y dejando su abrigo sobre uno de los sofás.

—¿Sigues vivo, Hakkai?

—Por poco tiempo —se quejó el peliazul.

Takashi avanzó en la habitación, encontrando al hombre tumbado sobre la cama con un paño mojado sobre la cabeza y pañuelos usados en la mesita junto a la cama.
Se había enfermado apenas llegaron el hotel.

—Siento no haber ido al desfile, ¿cómo estuvo?

—Esta vez vinieron más periodistas y me atosigaron mucho —dijo, sentándose a su lado en la cama y mirándole.

Se acordó de su adolescencia, donde ambos se enamoraron del otro, sin saber apenas lo que era.

—¿Estás mejor que esta mañana? —quiso alejar esos pensamiento, no era el momento ni lugar para hablar de nuevo sobre eso.

—Un poco, pero sigo teniendo fiebre.

El mayor quitó el paño de su frente y fue a empaparlo al baño.

—¿Te aburriste mucho mientras estaba fuera? —dijo cuando volvió a su lado

—Si, Yuzuha no me prestaba atención y no dejaba poner la tele por el dolor de cabeza.

—Deberías haber dormido un poco.

—No podía, solo pensaba en ti —Mitsuya le miró—. Quiero decir... Estaba preocupado porque no me tenías a mí para tu desfile y...

—Te entendí, tranquilo.

Se acercó a su móvil y puso algo de música.
Charlaron un poco y, cuando Hakkai se sintió mejor, caminó un poco por la habitación.

—Ya estaba harto de estar tumbado toda la tarde.

Mitsuya le miró, aún sentado en la cama, cómo intentaba caminar.
Sonrió e inconscientemente se puso a su lado.

La habitación estaba un poco oscura, así que Hakkai no se dio cuenta de que su Taka-chan se había puesto a su lado hasta que le agarró la cintura.

—¿Taka-chan?

—Toma mi mano.

El peliazul le obedeció y Takashi comenzó a balancearse al ritmo de a música.

—¿Q-qué haces?

—Solo estoy bailando contigo, Hakkai —sonrió y miró hacia arriba, encontrándose con la mirada del más alto. Este no se podía quejar, así que pasó sus brazos por el cuerpo de Takashi y le abrazó.

Si le dijeran al Hakkai adolescente que tendría al chico por el que simpea en sus brazos mientras bailaba con su canción favorita de fondo, no se creería una palabra.

El mayor de los Mitsuya se sintió tan tranquilo y a gusto que decidió sacar un tema del que hace mucho hablaron, pero nunca zanjaron.

—Hakkai, ¿te acuerdas lo que me dijiste al graduarte?

—Que siempre estaría a tu lado, Taka-chan.

Sonrieron al recordar eso.

—Estoy feliz de que lo dijeras, porque yo también quiero estar a tu lado.

Se alejaron un poco para mirarse a los ojos.
El menor de los Shiba miró al pelilila con un pequeño sonrojo.

—Te quiero, Hakkai. Siempre lo hice.

—Nunca supe que tú eras el que estaba esperando por mí —bromeó.

—Es solo que a ti se te notaba más lo que sentías.

—Tonterías —rió el peliazul, escondiendo su rostro en el cuello del mayor—. Solo encontré al chico más fuerte que conozco, que luchó contra todo para defender a sus seres queridos.

—Y te enamoraste, ¿verdad?

—Nada más verte —rio.

Siguieron meciéndose un poco hasta que Mitsuya suspiró.

—Ojalá pudiera parar el tiempo y vivir en este momento para siempre.

—No, por favor. Me veo horrible ahora mismo.

—Te ves perfecto esta noche —susurró Takashi en un tono bajo, pero que Hakkai pudo escuchar.

El peliazul se sonrojó y miró a Takashi a los ojos. 
Sus respiraciones se mezclaron mientras admiraban cada pequeña parte del rostro el otro.

Mitsuya admiraba sus preciosos ojos, sus labios que parecían suaves y su cicatriz al lado izquierdo de sus labios. Recordó cuando se la hizo y quiso tapársela con maquillaje. Él le dijo que estaba bien y no debía taparla, esa cicatriz era parte de él y era hermosa.

Hakkai miraba a Mitsuya como si fuera la primera vez. Él le acogió y le trató bien desde el primer momento y le estaría agradecido toda la vida por enseñarle que la violencia solo debía ser usada para proteger, le había guiado por el buen camino.

Se habían acercado poco a poco y ahora sus labios de rozaban.
Mitsuya quería saber si eran tan suaves como imaginaba.

—Taka-chan —le llamó. No creía que fuera una buena idea besarse.

—Solo bésame lentamente —susurró de vuelta.

Hakkai dio el primer paso y juntó sus labios, se apegó aún más a él si es que eso era posible y se relajó al sentirle cerca de él.
Todo el malestar que había sentido durante el día desapareció al estar junto a él.

Esa noche durmieron abrazados por decisión de Takashi.
Hakkai repetía que debería volver a su habitación, pero no le hacía caso.

—Pareces resfriado, Takashi.

Yuzuha se encontró con los dos hombres por la mañana en el vestíbulo, cargando sus maletas.
Mitsuya pasó un pañuelo por su nariz y miró hacia Hakkai.

—Intenté decirte que no era una buena idea dormir juntos —susurró Hakkai.

—Al menos estuve junto a ti —dijo agarrando su mano con una sonrisa. Luego apartó su rostro y lo tapó con su mano para estornudar—. Debí haber regresado a mi habitación anoche —rectificó.

Salieron del hotel para regresar a casa. 
Tal vez cuando llegaran, Hakkai cuidaría de su Taka-chan, como había hecho con él aquella noche.
Quizás Takashi estaría demasiado molesto por haber pillado un resfriado, pero Hakkai estaría a su lado igualmente. Prometió siempre estar a su lado.