𝙏𝙊𝙆𝙔𝙊 𝙍𝙀𝙑𝙀𝙉𝙂𝙀𝙍𝙎 - ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ

𝙺𝚊𝚣𝚞𝚝𝚘𝚛𝚊 𝙷𝚊𝚗𝚎𝚖𝚒𝚢𝚊

Male Reader

Me levanté algo perezoso, rodando por mi cama.
Mi cabeza explotó y recordé lo mucho que bebí anoche. Las sábanas estaban revueltas y no cubrían mi cuerpo, pero lo agradecí, ya que tenía mucho calor.

Me levanté y fui al baño con dificultad, ya que seguía algo mareado por el dolor de cabeza.
Al mirarme en el espejo vi algunas marcas en mi cuello que seguían por mi abdomen. Por un momento entré en pánico, pero supe que no me había acostado con nadie porque había despertado solo en mi cama, seguro que me besé de más con alguien.

Al abrir la puerta unos minutos después y mirar al frente, vi a un chico saliendo de mi cocina. Sin embargo, no era un chico cualquiera. Era Kazutora.

—¿Qué haces en mi casa?

—No recuerdas lo que pasó anoche, ¿eh?

Abrí los ojos e intenté descifrar a lo que se refería a través de su mirada. Me miro con una sonrisa y luego subió la taza de café que se había servido.

—¿A qué te refieres?

Él rio y se dirigió al salón. Yo le seguí, pero enseguida noté unas patas sobre mi abdomen y me doblé para acariciar a mi perro, quien movía su colita feliz.

—Kazutora, contéstame.

—Prefiero ver cómo te comes la cabeza para adivinar lo que pasó —rio mientras se acomodaba en el sofá.

Vi que Kazutora tenía uno de mis pijamas y el pelo algo húmedo, por lo que se había duchado esa mañana. Recordé las marcas de mi cuello y el hecho de que las sábanas de mi cama estaban demasiado revueltas...

—Kautora.

—Dime —dijo con una sonrisa.

—¿Acaso nosotros...?

—Termina tu frase, [Tn] —me provocó.

—¿Nos hemos acostado?

Él sonrió y apartó la vista, eso era un si.

Oh, dios. No podía ser verdad.

Kazutora había sido mi amigo de la infancia. No lo había visto desde que éramos adolescentes. Pero anoche decidimos reunirnos el grupo de amigos que teníamos por aquel entonces por motivo del cumpleaños de Baji, quien cumplía 20. Vi a Mikey, Draken y muchos más, pero no recuerdo muy bien todo lo que pasó. El estúpido de Mikey me retó a beber más que Pachin y no recuerdo nada a partir de la quinta copa.

No es que acostarme con Kazutora me asqueara. Él está buenísimo. Pero me daba rabia no recordarlo, además siendo él mi primer novio.
Apenas teníamos ocho años, no sabíamos lo que era el amor, pero yo seguí colgado por él unos años más. Poco a poco dejamos de tratarnos de la misma forma, pero yo seguía recordando esos momentos con cariño, quizá con amor...

—Es broma, ¿verdad?

Él levantó sus cejas y ladeó la cabeza.

—Ya has visto las marcas, ¿no? Anoche no parabas de pedir que-

—¡Vale! No necesito detalles —le interrumpí—, pero quisiera recordarlos —pensé.

—¿Seguro? Hay momentos en los que realmente creí que aún te gustaba.

—Para —dije, a lo que él se levantó y se puso frente a mí para provocarme.

—¿En serio no quieres que te cuente nada? —susurró.

—Estoy seguro...

—Mm, si... Tora, sigue —gimió imitando mi voz.

—Cállate —golpeé su pecho y él retrocedió, agarrando la zona.

—Vaya, no recordaba que pegaras tan fuerte —dijo recuperando el aliento.

—Ni yo recordaba que fueras tan idiota.

Se incorporó y sonrió un poco. Volvió a sentarse en el sofá y me miró desde abajo.

—Por cierto, deberías llamarme Tora más seguido.

—Pedazo de —no terminé mi frase, ya que mi perro saltó sobre mí para que le prestara atención, ya que había estado dando vueltas alrededor de mí unos minutos.

Volví a la cocina por un vaso de agua y me quedé mirando a la nada durante unos segundos. Si lo de anoche era cierto desearía poder recordarlo... Joder.

—¿[Tn]?

Tora me sacó de mis pensamientos y me volví para mirarle.

—¿Pasa algo?

—Estoy frustrado —contesté.

—Te podría ayudar a relajarte —sonrió.

—¿Por qué no recuerdo nada? —susurré con la mirada perdida.

Él comenzó a reír cada vez más alto y agarró su abdomen mientars se dobalaba.

—Estaba bromeando, [Tn] —dijo, limpiando una lágrima de su mejilla—. Deberías haber visto tu cara —rio más mientras yo apretaba mis puños—. Anoche estabas muy borracho y te traje a casa. Se me averió la moto así que me quedé a dormir en tu sofá.

—Idiota inútil, pedazo de animal sin sentimientos —me acerqué a él para golpearle, pero agarró mis muñecas para impedir que le pegara. 

—¿Por qué te molestas tanto? Solo era una broma.

—¡Con eso no se bromea!

—¿Por qué? —seguíamos forcejando mientras discutíamos.

—Siempre preguntando tanto, ¿no puede callarte un segundo?

—No hasta que me digas el por qué.

—Por dios, solo cállate.

—¿Por qué, [Tn]?

—¡Calla!

—¡¿Por qué?!

—¡Porque me gustas! ¡Llevo enamorado de ti todos estos años! ¡Y si me he acostado contigo me gustaría recordar cada puto segundo!

Él bajó los brazos poco a poco, con una expresión de desconcierto.
No hubo respuesta durante unos segundos hasta que él agarró mi nuca y me acercó para besarme.
Moví mis labios sobre los suyos y se sintió tan delicioso...

Cerré los ojos y apoyé mi frente en su hombro cuando nos separamos.

—[Tn]...

No respondí, en ese momento estaba en paz. No quería avanzar, solo quedarme en ese instante.

—¿Por qué no me dijiste esto antes?

—Por miedo...

Los segundos parecían no correr. Solo estábamos ahí de pie, sintiendo el calor del otro a centímetros de la piel.

—Tú también me gustas, idiota —rio y me abrazó fuerte.

Sonreí con comodidad mientras me mecía en sus brazos.
Acercó su boca a mi mejilla para dar un corto beso y luego morder. Recordaba que también lo hacía cuando éramos pequeños.