𝙏𝙊𝙆𝙔𝙊 𝙍𝙀𝙑𝙀𝙉𝙂𝙀𝙍𝙎 - ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ

𝙺𝚞𝚛𝚘𝚔𝚊𝚠𝚊 𝙸𝚣𝚊𝚗𝚊

·Best friend - Rex Orange Country·
⚠️SPOILERS del manga⚠️
Male Reader

Siempre creí que al salir del correccional seguiría en contacto con Izana, pero me equivocaba.
Seguí enviándole algunas cartas, ya que no podía comunicarme de otra forma, pero nunca respondió.

No es que estuviéramos en una relación, iba algo más allá de eso y era hermoso.

Suspiré y revisé mi móvil para ver la hora. Era tarde y debía haberme quedado en casa, ya que el tiempo indicaba que iba a llover.

Volví a mirar al frente por la calle en la que pasaba y me llevé una sorpresa. Él estaba ahí, justo frente a mí.
Sus pendientes se movían mientras andaba y su pelo platino se mecía un poco por el viento. Sonreí instintivamente al verle, siempre tan hermoso como siempre.

Me acerqué y no pude evitar darme cuenta de una pequeña mueca cuando me acercaba.

—Izana, cuanto tiempo. ¿Ya saliste del correccional?

—Si, ayer.

—Te escribí, pero...

—Ven —agarró mi mano y me alejó de sus acompañantes—. Ahora vuelvo, chicos.

Me arrastró a un callejón y me pegó a la pared, poniéndose frente a mí.

—¿Por qué no puedes simplemente alejarte?—susurró.

—Izana, no entiendo...

—Estoy en mi propia mierda hora, no te necesito.

Sentí una punzada y aparté la vista. Este no era el Izana que conocía.

—No te creo...

—Durante nuestro tiempo juntos solo quise romperte el corazón y verte llorar.

Alcé la vista y me miró unos segundos, después sonrió y desvió la vista.

—Sigues siendo mi chico favorito, y confía en mí cuando digo que no hay nadie más hermoso —dijo caminando hacia mí.

Me abrazó y dejó un beso sobre mi mejilla.

—Me habías asustado por un momento.

—Siento no haberme puesto en contacto contigo, estuve en aislamiento unos días y pensaba ir a tu casa ahora mismo —dijo separándose—. Además, tengo algo entre manos.

Me habló sobre formar una nueva pandilla llamada Tenjiku y de doblegar a otras pandillas.

—Puedes contar conmigo, seré tu mayor fan, comandante de Tenjiku —dije con una sonrisa.

—Y yo seré el tuyo —dijo, dejando un suave beso en mis labios.

Salimos de el callejón y nos reunimos con sus amigos.

—Él es [Tn], nos ayudará a partir de ahora en la pandilla.

Los chicos no se opusieron y caminamos juntos mientras me ponían al corriente de sus planes.

El tiempo pasó y la pandilla aumentó. 
Tenjiku se enfrentaría a la ToMan, la única pandilla con las que nos podíamos comparar en cuestión de fuerza.

Izana estaba dando un pequeño discurso a sus subordinados, dando ánimos antes de la pelea.
Cuando terminó y el resto de la pandilla se repartió por el muelle, me acerqué a uno de los contenedores en los que estaba subido. Ningún otro nos prestaba atención, así que tuve libertad de abrazarle.

Me abrazó por la cintura y me levantó, dándome una vuelta en el aire.

—Déjame decirte cómo se siente ser jodidamente genial, porque me siento genial —dijo sonriendo cuando me dejó de nuevo en el suelo.

—Me alegra verte así, no parecía fácil dar un discurso así.

Aproveché que nadie nos miraba y dejé un beso en su frente.

—[Tn] —dijo agarrando mis manos y besándolas—. Quiero ser el indicado para ti y aunque sé que no fuiste hecho para mí, sabes que no puedo vivir sin ti y por eso quería darte algo.

Metió la mano en su bolsillo y sacó un anillo. Me puse nervioso y desvié la vista.

—¿Es...?

—Solo es una promesa, de que nos protegeremos en uno al otro, siempre —me lo puso y besó mi mano con una sonrisa.

—Te quiero, [Tn].

Después de eso, esperamos a que la Toman apareciera, aunque apenas vinieron algunos.

La situación acabó complicándose cuando llegaron el Comandante y subcomandante, Mikey y Draken.

De un momento a otro, Izana apuntaba a Mikey con una pistola y tenía intención de dispararle.
Me interpuse y tiré el arma lejos.

—¿Pero qué haces?

—No estás siendo tú mismo.

—Apártate, [Tn].

—Izana...

—¡Cállate! —gritó.

Se escuchó el sonido de un disparo y la cara del moreno se manchó de sangre.
Toqué mi hombro y mis dedos se mancharon de sangre.

—Solo eres una molestia —comenzó a hablar Kisaki con el arma en sus manos—. Mis planes siempre son arruinados por Hanagaki, pero ahora eres tú el que está en mi camino, bastardo.

Corrí hacia él para arrebatarle el arma y él apretó de nuevo el gatillo, solo que no me alcanzó a mí. Izana me había empujado y caí al suelo.

—¡¿Izana?!

—¿Qué has hecho, bastardo? —dije cuando le vi tirado en el suelo.

—Eres mi chico favorito... Mi cuerpo se movió solo —tosió un poco de sangre—. Mikey, quería decirte algo... Tenjiku ha perdido.

—¡No es necesario decir eso! Es algo obvio —dije, moviendo mi mano para alcanzar la suya. Las lágrimas comenzaron a acumularse en mis ojos.

Desvió la vista para mirarme y sonrió, con sus ojos llenos de lágrimas.

—Quiero ser el chico en el que pienses mientras estés despierto...

—Izana... te quiero —comencé a ver borroso por la pérdida de sangre.

Escuché las palabras de Izana lejanas y cerré los ojos.
Mi cuerpo se sentía raro y me pregunté si Izana sentía lo mismo.

Apreté una vez más su mano y me desmayé, cayendo en un trance del que no sabía si despertaría.